La cotización del oro retrocedió un 22% en dólares desde el máximo de marzo hasta el mínimo de septiembre. En este punto, comenzó a recuperarse poco a poco, y ya alcanzó valores no vistos desde agosto.
En la última semana, el metal precioso se disparó un 5,4%. En total, la tendencia alcista de muy corto plazo llevó a la onza hasta rozar los US$ 1.770, un nivel tocado en numerosas ocasiones desde mediados de 2020.
Entre los principales motivos de este rebote se destaca el debilitamiento del dólar por la expectativa de un menor incremento de tasas de interés, ya que se cree que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) será cada vez menos violenta con su política monetaria debido a que la inflación está retrocediendo.
El metal puede volver a tomar fuerza debido a un dólar más débil y los rendimientos del Tesoro moderados antes de otra semana ocupada para los mercados financieros, comentó Lukman Otunuga, analista en FXTM.
Un repunte sólido muy por encima de US$ 1.770 podría alentar una inclinación hacia el nivel de resistencia psicológica de US$ 1.800, añadió el especialista, haciendo referencia a una zona de precios que podría actuar como freno de corto plazo.
Por su parte, Clifford Bennett, economista jefe en ACY Securities, destacó que el oro tuvo una racha muy fuerte desde los US$ 1.618 por onza, y ahora se espera que se consolide en el corto plazo. Sin embargo, el riesgo dominante general sigue siendo muy alcista, concluyó.
De todas formas, Georgette Boele, analista en ABN Amro Bank, reiteró que la aversión al riesgo ha disminuido y los inversores dejaron de interesarse en el dólar estadounidense como refugio seguro, ya que algunos funcionarios de la Fed ya son un poco menos agresivos.