Con 1.700 personas acreditadas, 180 empresas participantes de todo el mundo y la presencia de diplomáticos, embajadores y organismos de distintos gobiernos, tanto nacionales como internacionales, se llevó a cabo el Seminario Internacional del Litio más grande que el sector minero tenga memoria.
Los hoteles y restaurantes de la ciudad de Salta se vieron desbordados durante toda la semana previa a las PASO, en un fenómeno minero que, de todos modos, aseguran que está cambiando el ritmo de actividad de toda la provincia en los últimos meses más allá de este evento.
“Hay un boom minero. El litio ha sido como un empuje excepcional que ha provocado una atracción en la actividad minera muy importante en nivel de empleo, inversiones, proveedores con muchísimos contratos. El registro de proveedores empezó hace 10 años con 10 socios y ahora tiene 320. Hace unos 3 años había unos 1.500 empleos registrados en las mineras en Salta, y hoy hay 4.400. El otro día hablaba con un contador de una minera de litio, hace dos años tenían 300 empleados, hoy tienen 900”, cuenta en diálogo con Forbes, el presidente de la Cámara Minera de Salta, Carlos Ramos.
El ejemplo de Vaca Muerta se repite en casi todas las conversaciones con fuentes de la industria, que ve una gran semejanza con lo que fue el despegue de la formación no convencional neuquina hace unos 10 años.
Las proyecciones hablan de una inversión de 7.000 millones de dólares a corto plazo solamente en el litio y un nivel de exportaciones que se acercaría a los 20.000 millones anuales al cabo de pocos años. Es decir, unas cinco veces más de lo exportado actualmente.
“Solo con los proyectos de litio que están avanzados y logrando poner en marcha los cinco proyectos de cobre que están en etapa exploratoria, en cinco años podemos estar exportando minerales por 19.000 millones de dólares, sin duda”, sostiene Ramos.
De este modo, la minería se metería en el podio de los tres complejos exportadores más importantes del país, levemente detrás del sector sojero y del polo hidrocarburífero de Vaca Muerta, y superando a industrias históricas como la automotriz y la petroquímica.
Para la provincia de Salta, en tanto, la actividad se convertiría en el primer polo exportador cuando hoy en día solo tiene un proyecto operativo. “Hoy tenemos tres empresas de litio que están en construcción, que son la empresa Posco, la empresa Eramine y la empresa Ganfeng. Sólo con esto, la actividad minera va a ser la primera actividad dentro del complejo exportador de la provincia y sumando los cinco proyectos que están en etapa piloto más los 27 proyectos en exploración avanzada, Salta se convertirá en la primera productora de litio del país”, destaca a este medio la secretaria de Minería salteña, Romina Sassarini.
“Esto genera un salto exponencial en lo que es la calidad de vida, no solamente de las comunidades locales que viven aledañas a los proyectos mineros, sino también para todos los habitantes de Salta a través del empleo, los proveedores locales, la infraestructura y el desarrollo que está generando”, agrega.
Desafíos de un sector en crecimiento
Más allá del clásico reclamo de seguridad jurídica y orden macroeconómico que se repite en cada actividad económica de esta turbulenta Argentina actual, la minería presenta una serie de desafíos producto del rápido crecimiento que cuesta ser acompañado por la conformación de proveedores locales que sean capaces de cumplir con los requisitos que demanda una industria tan controlada a nivel internacional en términos ambientales y de seguridad.
“Lo que estoy viendo es la desconexión entre lo que es la cadena de valor, todos los proveedores de la industria, y las operadoras en sí. Los gobiernos provinciales quieren que por lo menos el 70% de los proveedores sean locales, lo cual tiene sentido por el tema social, pero la realidad es que no los encuentran”, comenta a Forbes Víctor Esteve, Director Comercial de Achilles Information para Latinoamérica, una empresa que se dedica justamente a unir proveedores con empresas compradoras de productos y servicios en cadenas críticas.
“Si nosotros queremos que nuestros minerales entren al mercado global, estamos tocados por ciertas regulaciones de sustentabilidad y de huella de carbono que hoy estamos lejos de cumplir en muchos casos de proveedores. Por ejemplo, si vos necesitas poner un producto en Alemania, hoy tenés que hacer una debida diligencia de toda tu cadena de suministros, no importa en dónde estés basado. Y las compañías argentinas recién están conociendo ese tipo de regulaciones”, subraya el especialista.
Entre las principales dificultades para cumplir esta normativa, Esteve menciona “la medición de calidad de los proveedores, la formalización de esas pymes que en muchos casos son simples monotributistas, la demostración de estabilidad financiera que puede poner en riesgo las operaciones de una minera y el cumplimiento de reglas de sustentabilidad” que hoy son claves para que las grandes mineras accedan a financiamiento internacional a gran escala. No sólo por sus propias prácticas, sino por lo que hace cada uno de sus proveedores.