Bill Ackman ganó miles de millones de dólares con fondos de cobertura, pero no es famoso por ese tipo de inversión. Pero son tiempos muy particulares.
Por lo general, el fondo de Ackman, Pershing Square, adopta exclusivamente posiciones largas con una cartera ultraconcentrada de grandes tenencias de acciones. Su estilo consiste en buscar unas siete u ocho empresas a las que les tenga mucha fe y apostar entre US$ 500 y US$ 1.000 millones por cada una.
Entonces, cuando Ackman decidió proteger la cartera de acciones de US$ 6.500 millones de Pershing Square, que contiene las de empresas como Chipotle, Berkshire Hathaway y Lowés, llamó la atención. A fines de febrero, Ackman estaba convencido de que la pandemia de coronavirus planteaba un riesgo enorme para EE.UU., su economía y los mercados financieros del mundo.
Ackman y sus traders gastaron US$ 27 millones comprando toda la protección posible para su cartera, y terminaron concentrándose en los mercados de crédito. Como los diferenciales que evalúan el riesgo y el temor estaban por el piso, Pershing Square compró muchísima protección fuera de dinero contra índices de bonos en grado de inversión y con rendimientos altos. Las coberturas se diseñaron para proteger a Pershing de una explosión de volatilidad y del riesgo financiero si se propagaba el coronavirus. En ese caso, anticipaban que los diferenciales se ampliarían muchísimo, con lo cual dejaron sus apuestas ultraconvexas en dinero y protegieron su cartera de una contracción abrupta de los mercados de valores.
Funcionó a la perfección. El índice S&P 500 perdió cerca de un cuarto de su valor en un mes, pero a Ackman le fue bien.
Hasta el miércoles pasado, Pershing Square había retrocedido solo 6,5%, en comparación con 30% para S&P 500, y en algunas de sus tenencias protegió a sus inversores de caídas de más del 50%. La maniobra de Ackman dejó casi intacto el avance de 58% que informó Pershing Square a sus inversores en 2019.
El lunes, después de tomar la cuestionable decisión de llamar a CNBC y explicar en detalle lo malo que podía ser el virus para la economía y lo duro que podría ser para las empresas, Ackman quitó las coberturas.
Le pareció que los gobernadores de los diversos estados del país y los funcionarios en Washington estaban tomando las medidas correctas para frenar la propagación de la pandemia y apoyar la economía estadounidense. Así obtuvo una recompensa descomunal: los US$ 27 millones que gastó para protegerse se transformaron en US$ 2.600 millones.
Ni lento ni perezoso, en cuestión de un día Ackman gastó unos US$ 1.500 millones para reconstruir una posición en Starbucks y comprar más acciones de empresas como Agilent, Berkshire Hathaway, Hilton, Lowés y Resturant Brands, el holding de Burger King y Popeyés. Le quedan cerca de US$ 1.000 millones para gastar a medida que se empiece a notar la contención o incluso una recuperación.
No es la primera vez que Ackman recibe cuestionamientos éticos. Fue uno de los principales impulsores de Valeant, la farmacéutica canadiense investigada por presunto fraude en la manipulación de precios e informes frente a sus inversores. La aventura no fue negocio para Ackman: cuando vendió sus acciones de Valeant en 2017, había perdido US$ 4.000 millones.
“Seguimos anticipando que los mercados (y nuestro rendimiento) se mantendrán volátiles; por lo tanto, pueden surgir nuevas oportunidades superiores a nuestras inversiones actuales”, declaró a Ackman a sus inversores en una carta enviada el martes a la mañana. “Puede que esto nos lleve a vender ciertas participaciones, entre ellas algunas que realizamos recientemente. También es posible que optemos por rearmar coberturas parecidas o distintas o recaudar más fondos según lo que pase con el coronavirus y otros factores del mercado. En otras palabras, este ambiente nos vuelve más propensos a rotar más la cartera”.
Ackman reveló que su Pershing Square Foundation, de US$ 400 millones, conocida por su filosofía de hacer inversiones con impacto, invirtió capital en una empresa llamada Copaxx, que está trabajando para producir más kits de tests de anticuerpos que detectan coronavirus.
“Estamos atravesando uno de los períodos más duros para nuestro país y el mundo. Miles de personas se enfermaron o enfermarán gravemente, y muchas morirán”, declaró Ackman acerca de la pandemia. “Es una tragedia que podría haberse prevenido con una mejor planificación a largo plazo, que debería haber comenzado hace más de una década. Siempre digo que la experiencia consiste en cometer errores y aprender de ellos, y debemos aprender de esto”.
Autor: Antoine Gara