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Los analistas empezaron a observar con buenos ojos los títulos de menor vencimiento, puntualmente los Globales 2029 (GD29) y 2030 (GD30).

23 Octubre de 2024 08.30

Desde finales de agosto hasta la actualidad, los bonos soberanos en dólares no hicieron más que subir. En promedio, su precio promedio ponderado por outstanding pasó de los US$ 45 a los US$ 57, aproximadamente.

Y en octubre, la tendencia se aceleró, en primer lugar, por las compras superiores a los US$ 1.000 millones del Banco Central de la República Argentina (BCRA) como consecuencia de las emisiones corporativas en dólares que se liquidaron en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).

Por otra parte, también incidió positivamente el dato de inflación de septiembre que fue de 3,5%, una buena noticia para el mercado que tenía dudas sobre la efectividad de la política monetaria adoptada por el nuevo Gobierno.

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Además, los inversores arrancaron a anticiparse a los posibles flujos de capitales vinculados al recorte de tasas por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) que encendió el "modo riesgo".

"Si bien la economía argentina continúa cerrada a los mercados internacionales, el viento a favor internacional beneficia los activos locales. Al bajar la tasa de interés de Estados Unidos, los flujos de capitales tienden a buscar rendimientos más altos en otros mercados", detalló Maximiliano Donzelli, jefe de Estrategias de Inversión en Invertir Online.

En este contexto, los analistas empezaron a observar con buenos ojos los títulos de menor vencimiento, puntualmente los Globales 2029 (GD29) y 2030 (GD30), así como también sus contrapartes con ley local, los Bonares (AL29 y AL30).

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"Vemos los bonos más cortos como más conservadores, ya que el 60% y el 50% del principal, respectivamente, vencen bajo esta administración que está decidida a pagar, independientemente de los costos políticos. Por el contrario, los bonos más largos, con mayores pagos programados para una próxima administración incierta, dependen más de las perspectivas de inversión a largo plazo de Argentina y, por lo tanto, están más expuestos a la incertidumbre política ligada a los índices de aprobación de Milei", comentaron los expertos de Adcap Grupo Financiero.

Por su parte, Donzelli señaló que los rumores de un acuerdo REPO que garantizaría el pago del capital refuerzan la confianza en la capacidad de pago del país. "Además, la disciplina fiscal se mantiene con un superávit fiscal y un superávit comercial que brindan un marco macroeconómico más estable para la deuda", añadió.

"Inicialmente, éramos más cautos sobre su dependencia de la capacidad de pago de Argentina, lo que nos llevó a favorecer bonos más largos como el 2035. Sin embargo, ahora creemos que el Gobierno está plenamente comprometido a honrar estas obligaciones, incluso a expensas de pagar un alto costo político. La administración actual comprende la necesidad de demostrar capacidad de pago en 2025. Una vez hecho esto, esperamos un entorno de mercado más favorable", estimaron desde Adcap.

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