A partir de este jueves 23 de marzo, quedó oficialmente habilitado el canje que obliga a los organismos públicos a cambiar sus bonos en dólares con ley extranjera por títulos bajo ley local por alrededor de US$ 4.000 millones.
De acuerdo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el objetivo es absorber el exceso de pesos circulante y contener la presión sobre la brecha cambiaria del dólar, lo que, en teoría, permitiría controlar la inflación.
A pesar de las intenciones del Gobierno con las nuevas medidas, los especialistas del mercado local consideran que la situación macroeconómica no mejorará en el mediano plazo si no se realizan profundos cambios estructurales.
Para el especialista en finanzas Abel Cuchietti, las nuevas reglas son “un manotazo de ahogado”, ya que, desde lo económico, el Estado no tiene reservas, visualiza un mal año por la sequía, es una época electoral y cuenta con inflación y déficit.
“En un año electoral, todo el mercado se está queriendo dolarizar, y más con una inflación galopante”, relató Cuchietti, quien indicó que “se van a fundir las cajas de todos los entes públicos que tienen bonos” porque los van a malvender.
Según su análisis, no tiene sentido que a los organismos les saquen bonos en dólares que, en un futuro, pueden valer “casi tres veces más” para darles títulos en pesos que se devalúan.
“Si vos salís a vender en dólares un bono y lo hacés bajar de precio por oferta, y nadie te cree y el tipo de cambio no baja, en pesos baja la cotización, entonces no corregiste el tipo de cambio porque esas cosas dependen del riesgo país, de no tener déficit, de no emitir, de ser políticamente correcto, de no regalar la plata, de miles de variables que no corrigen y los políticos no quieren hacer”, aseveró el analista y asesor.
Por su parte, Joaquín Arregui, fundador de la consultora financiera Extensio, declaró que las nuevas medidas podrían tener cierto efecto a corto plazo, “pero es poco probable que tengan un impacto significativo en el mediano plazo en el mercado del dólar MEP y dólar CCL”.
“En cuanto a la especulación de devaluación del dólar mayorista o dólar de la COM 3500 del BCRA, no creo que las medidas sean una maniobra previa para amortiguar el cambio porcentual de deuda”, sostuvo.
Y añadió: “Analizando los números, el 67% de la deuda total del país es en moneda extranjera, por lo que, si obligan a los organismos públicos a vender sus tenencias en dólares, esto podría reducir la deuda extranjera en un 8,5% para pasar a ser de un 58,5%, lo cual aún seguiría siendo un número significativo”.
“Creo que estas medidas son más que nada para intentar financiar al tesoro por esta vía, ya que podría generar interés en los inversores al pensar que este cambio podría hacer subir el valor de estos activos”, detalló Arregui.
Mientras el mercado local sigue debatiendo las medidas, en su primera conferencia al frente de la Secretaría de Comunicaciones del organismo, Julie Kozack respondió preguntas de periodistas de todo el mundo. Al respecto, dijo: “En lo que se refiere a la decisión reciente del Gobierno sobre la deuda, estamos al tanto de esa decisión, estamos evaluándola de acuerdo a los objetivos del programa. Desde nuestro punto de vista, una gestión prudente de la deuda es necesaria para poder mejorar el funcionamiento del mercado de bonos doméstico y el cambiario”.
Sin embargo, lanzó una advertencia: “Pero (la gestión) hay que realizarla de una manera que no conduzca a vulnerabilidades en el futuro y también debe ir acompañada de políticas macroeconómicas consistentes y restrictas”. De esta forma, el FMI toma una posición equidistante sobre el impacto a largo plazo de la medidas y las necesidades de corto plazo en cuanto al financiamiento local.