A casi un año de cumplir una década, los programas de precios demostraron que la puesta en marcha de estos mecanismos de control no logra frenar la inflación. Sin embargo, amparados en la necesidad de generar herramientas para ayudar a la clase trabajadora y a los más necesitados, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aceptó la existencia y necesidad de continuidad de esta propuesta.
Este proceso -con relación al déficit fiscal- será acompañado por políticas de precios e ingresos que contribuirán a anclar expectativas en pos de una desinflación gradual junto a una continuidad de la recuperación de los ingresos reales, informó el Gobierno nacional al comunicar el acuerdo con el fondo y las políticas a desarrollar para cumplir con las metas fijadas.
Pero la historia comenzó varios años atrás, exactamente a fines de 2013. Durante la presidencia de Cristina Fernández, el ministro de Economía Axel Kicillof y el secretario de Comercio Augusto Costa anunciaron el lanzamiento de un programa para contener el impacto de la inflación en los productos más básicos de la canasta de los argentinos. La propuesta se puso en marcha el 1 de enero de 2014 con el nombre de Precios Cuidados y contaba con 302 productos.
En la actualidad, el programa -que fue cambiando su denominación- cuenta con más de 1.359 productos, y si se les suma los vinculados al fideicomiso del trigo alcanzan los 1.763. Es decir: cinco veces más que su versión original, aunque su efecto lejos está de demostrar eficacia.
En 2013 la inflación oficial fue del 11%. En 2014, en el primer año de Precios Cuidados, la suba de precios alcanzó el 38,5%, mientras que en 2015 fue del 25%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Pero fueron los años en los que el organismo encargado de brindar las estadísticas de la Argentina dejó de informar algunas variables como por ejemplo el dato de pobreza por ser estigmatizante, o en los que mediante cambios metodológicos se informaba un PBI menor al real.
La directora del Indec era Ana María Edwin, pilar de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior que aplicaba una sugestiva persuasión sobre los empresarios para que no subieran los precios y así controlar la inflación.
Fueron los años en los que tanto locales como foráneos se guiaban más por el IPC Congreso que el oficial para conocer el termómetro de los precios en el país y se señalaba la intervención del instituto (2007/2015) con el objetivo de ofrecer números más amigables para el Estado. Las consecuencias de una posible manipulación de las cifras persisten en la actualidad.
La jueza Loretta Preska del distrito Sur de Nueva York -sucesora de Thomas Griesa, quien fallara a favor de los fondos buitre- ordenó en diciembre pasado que Argentina informe la metodología que utilizó el Indec para calcular su PBI durante el gobierno de Cristina Kirchner. Se sospecha que el Gobierno manipuló los datos con el objeto de no pagar el monto correspondiente a los tenedores de bonos por el cupón PBI.
Más allá de la lógica
Según datos del economista y consultor Damián Di Pace, la suba de los productos de la canasta Precios Cuidados superó el 4.400% desde sus inicios a la actualidad, frente a una inflación acumulada de casi 1.400%. Recuerda que la inflación anual de 2013 fue del 20%, pero al comparar frente a enero del 2014, a pesar de haberse ejecutado el programa durante todo el año, se generó como resultado un promedio mensual de inflación de cerca de un 3%, con un pico de casi el 6% en febrero de 2014.
Si se analiza el dato, en 2014 la inflación resultó por encima del 35,4%. Si hacemos la comparación con los números de inflación del año anterior (20%), se puede concluir que se duplicó, dando como resultado el fracaso del programa como freno inflacionario, señala Di Pace.
Un kilo de azúcar de primera marca en 2014 valía $ 6. Hoy el mismo kilo de azúcar de segunda marca vale $ 66,6. Tuvo un aumento del 1.003%, grafica Di Pace, que también menciona el caso de la leche en polvo: en 2014 valía $ 12,25 y ahora en la nueva lista de precios se consigue a $184,63. Es decir, un aumento dentro del mismo programa del 1.407%. El caso más representativo es el de la sal fina: pasó de $ 4,25 a $ 191,74, sufriendo así un incremento de más del 4.000%, demuestra el consultor.
Tras su creación en 2014, el programa continuó y mutó al ritmo de los cambios de gobierno. Precios Cuidados se convirtió en Precios Esenciales durante el gobierno de Mauricio Macri. En ese momento, redujo la cantidad de productos que se pactaron con las alimenticias y se incluyeron bienes de segundas marcas, o Pindonga y Cuchuflito, según las calificó entonces Cristina Fernández.
Actualmente el programa recibió la denominación +Precios Cuidados e incorporó derivados: Cortes Cuidados y el debut en abril de la canasta complementaria en comercios de proximidad y una de productos frescos con apenas cuatro vegetales (papa, cebolla, tomate y lechuga) y una fruta (manzana).
¿Por qué no funcionan?
La explicación la da el economista y consultor Gabriel Rubisntein: El Gobierno necesita una inflación del orden del 45%, por eso no se puede hablar de guerra contra la inflación cuando solo se quiere bajar la espuma, porque esa es la forma de que le cierren las cuentas fiscales. Rubinstein asegura que no hay un ancla.
Podría decirse que el acuerdo con el FMI debería funcionar como ancla porque establece que la emisión monetaria va a bajar y sería el 1% del PBI. Sin embargo, hay válvulas de escape en lo acordado con el organismo que nada dice respecto de ninguna clase de límite para que el Tesoro coloque bonos en los bancos o en compañías de seguros, añade.
Para Rubinstein las canastas esencialmente son medidas represivas, porque lo normal sería que nadie se metiera y que el precio se fijara por oferta y demanda. Pero hay un gobierno muy aferrado a los controles, hay cepo cambiario, hay represión de precios, y asegura que si no se hacen bien distorsionan la economía y crean un gran mercado en negro. Ahora bien, sin estos controles, la inflación podría irse al 70%, pronostica.
Los controles de los precios se vieron alimentados por la crisis económica derivada de la pandemia para amortiguar el impacto del parate que generó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. A los Precios Cuidados y Precios Máximos, se sumó el programa de Precios Congelados que, tal como su nombre lo indicaba, mantenía sin cambios los precios del listado por 180 días.
Después de algunas renovaciones, las alimenticias lograron que el programa desapareciera y solo quedara el de Precios Cuidados y sus variantes, que proponen actualizaciones trimestrales y mensuales solo en el caso de la canasta de alimentos frescos.
Con el objetivo de frenar la inflación en alimentos -rubro que en varios meses se ubicó por encima del promedio, la actualización de los precios de las canastas está visiblemente por debajo de las expectativas inflacionarias. De hecho, el último acuerdo de +Precios Cuidados, que estará vigente hasta el 7 de julio, fija una actualización promedio de 6,37% para el trimestre, casi lo mismo que el IPC de marzo.
La historia del programa de Cortes Cuidados -que ofrece asado, vacío, matambre, falda, tapa de asado, nalga y paleta a precios sensiblemente por debajo de la media del mercado- nació con la tensión de la decisión del cierre casi total de exportaciones. El 19 de mayo se cumplirá un año desde la publicación del decreto 408/2021 que dispuso casi el cierre total de exportaciones por 30 días.
La espada de Damocles -o de Domacle, como la rebautizó la senadora Sandra Mendoza- sigue sobrevolando al sector, a quien el Gobierno advirtió que les prohibirá las exportaciones a aquellos que no provean de estos cortes al mercado interno. Por eso, la última versión del programa contiene una pauta de aumento del 2,8% para abril.
Según el relevamiento de los precios del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, el kilo de carne se incrementó en promedio un 58% interanual a febrero. Esto es por encima del número de inflación. Registra sus mínimos de 33,5% para la carne de pollo y máximos de 72% para el lomo. Los cortes que forman parte del programa avanzaron en promedio un 50%.