El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer su informe semestral de pobreza e indigencia, el cual expuso un dato más que esperado.
Puntualmente, en el primer semestre del 2024, el 42,5% de los hogares se ubicó por debajo de la línea de pobreza, mientras que el 13,6% del total se registró en una situación de indigencia. A su vez, la pobreza alcanzó al 52,9% de los argentinos y la indigencia, al 18,1%.
En el segundo semestre del 2023, el porcentaje de hogares pobres era del 31,8%, con el 41,7% de la población alcanzada. En tanto, los hogares indigentes llegaban al 8,7%, abarcando al 11,9% de las personas.
De esta forma, el INDEC detalló que, en los primeros seis meses del año, para el universo de los 31 aglomerados urbanos relevados, por debajo de la línea de pobreza se encontraron 4.319.760 hogares, que incluyeron a 15.685.603 personas. Y dentro de ese conjunto, 1.378.142 hogares eran indigentes, lo que representó 5.379.588 personas.
Además, con respecto al semestre anterior, el ingreso total familiar aumentó un 87,8%. No obstante, la canasta básica alimentaria subió 115,3% en el periodo, mientras que la canasta básica total se incrementó un 119,3%.
Según el reporte, el ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $407.171, y la canasta básica total del mismo grupo llegó a los $709.318. Así, la brecha de pobreza de los hogares se ubicó en el 42,6%.
Geográficamente, las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Noreste, con 62,9%, y Noroeste, con 57%. Las menores, por su parte, se registraron en las regiones Patagonia, con 49,1%, y Pampeana, con 49,9%.
Cabe señalar que, si bien los datos corresponden exclusivamente a la administración de Javier Milei, el vocero Manuel Adorni salió a aclarar más temprano que la grave situación alcanzada se debe a las políticas aplicadas durante las últimas dos décadas.
"Si no se evitaba la hiperinflación, la pobreza se hubiese llevado de 40% a cerca del 95% de la población. Nos dejaron al borde de ser un país con prácticamente todos los habitantes pobres", expresó el funcionario.
Por su parte, Eugenio Marí, economista jefe en la Fundación Libertad y Progreso, coincidió en el motivo detrás de las preocupantes cifras. "Desgraciadamente, los últimos datos de pobreza nos recuerdan que en economía nada es gratis, y que la mala política económica de ayer tiene sus consecuencias hoy. Haber usado la emisión para financiar gasto electoral en la segunda mitad del 2023 generó un shock inflacionario que hizo caer los salarios reales. Y recordando que el INDEC mide la pobreza por ingresos, esto llevó a una profundización de esta dolorosa estadística", dijo.
"Durante 2024, la fuerte baja de la inflación y la mejora de los salarios reales, que fueron acomodándose tras el shock inicial, auguran que en el segundo semestre la tasa de pobreza volverá a bajar. En esta línea, si tomamos algunas estimaciones mensuales, como las que realiza la UTDT, vemos que la pobreza ya empezó a bajar, aunque sigue en niveles muy altos", estimó Marí.