El Gobierno reforzó su política anti inflacionaria de postergar aumentos de combustibles y tarifas a costa de afectar la recaudación impositiva. Por segundo mes consecutivo, se prorrogó la actualización por ley del impuesto a los combustibles líquidos y el dióxido de carbono y apenas se aplicó un ajuste simbólico de 10 pesos.
Así, solamente se trasladó un 6,5% de los 154 pesos por litro que correspondían a partir de la inflación acumulada entre el último trimestre del 2023 y el primero del 2024. De este modo, en vez de aumentar un 18%, la nafta subirá un 1,1% por este componente.
El resto se va a ir prorrogando y se va a decidir cuánto se actualiza cada mes. Todo se está administrando muy suave aprovechando la tendencia de baja de inflación tratando de que impacte menos que otros rubros, indicó una fuente del equipo económico a Forbes.
El problema de esta política, que también la aplicó Alberto Fernández con el mismo objetivo de reducir la inflación, es el golpe que representa en las cuentas fiscales. Para tener referencia, en 2023 el Estado se perdió de recaudar más de 2.500 millones de dólares y en los tres años que duró el congelamiento la cifra llegó a los 5.000 millones.
A su vez, ante cada prórroga la acumulación atrasada se va elevando y resulta cada vez más difícil de recomponer por el impacto que representaría. Mucho más si se deja para un año de elecciones como el 2025.
¿Cuánto aumenta el combustible?
A esta suba de entre el 1,1% y el 1,2% que se aplicará desde el sábado, se le sumará un incremento adicional por los diferentes componentes que hacen a la conformación de costos de los combustibles.
La evolución mensual del dólar marca una suba del 2%. El aumento del 6% del bioetanol, que se mezcla en un 12% con las naftas, tiene un impacto extra del 1%. Finalmente, fuentes oficiales revelaron a Forbes que también se piensa continuar con el sendero de recomposición del barril criollo.
Según la Secretaría de Energía, todavía existe una brecha de entre el 15% y el 20% entre el precio del barril criollo y el Brent. Por lo tanto, habrá un alza adicional por este motivo que todavía no está definida.
En conclusión, el aumento total de combustibles se ubicaría entre el 4% y el 7%, dependiendo de la velocidad de convergencia al export parity.