El retraso de los desembolsos del FMI no sólo obligó al Gobierno a recurrir al ingenio financiero para cubrir sus vencimientos con el organismo internacional, sino que lo está llevando a tener que estrangular la economía con tal de revertir la pérdida de reservas.
En las últimas nueve jornadas, el Banco Central registró un desplome de las compras de importadores del 75% para pasar de un promedio diario de 142 millones de dólares a tan sólo 36 millones de la moneda estadounidense, según grafica el director de Eco Go, Sebastián Menescaldi.
Para dar una dimensión de este ajuste que golpea directo a la provisión de insumos para la producción, es preciso comparar que, con el equivalente a menos de dos días de importaciones del ritmo previo a estas medidas -que ya venían con una contracción relevante-, se cubrieron las compras externas de los nueve días posteriores (US$ 251 millones).
Como contrapartida, la máxima autoridad monetaria logró repuntar en un 243% las liquidaciones del agro gracias al incentivo del dólar maíz. De esta manera, se pasó de un promedio diario de 51 millones de dólares, a un ingreso de 175 millones para acumular 1.230 millones en nueve rondas.
Este doble efecto hizo que se revierta el sangrado de divisas a la hora de intervenir en el Mercado Único Libre de Cambios (MULC) que venía a un ritmo de 91 millones de dólares por día, para dar lugar a una compra de 139 millones de dólares diarios, lo que, en nueve días, permitió hacerse de unos 976 millones.
Desde el sector empresario sostienen que el ritmo de estrangulación es insostenible para el aparato productivo y cuestionan la transparencia del sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF), por el cual la AFIP autoriza la compra de dólares de las firmas para importaciones mediante SIRAs.
Fuentes oficiales sostienen que la variación de este cálculo también se debe a que se incluyó el componente de empresas que no liquidaron divisas, un modo de ejercer presión para incrementar los ingresos del Central.
Lo concreto es que en múltiples sectores de la economía aseguran que, a esta velocidad, muy pronto entrarán en riesgo la reposición de insumos vitales, no sólo para la producción de cualquier bien, sino para el funcionamiento de sistemas complejos como el energético que podrían derivar en problemas de generación o de abastecimiento de combustible.
Un ejemplo en este sentido es la amenaza de paro lanzada por el sindicato de petroleros privados por las trabas a las importaciones que están afectando la operación en Vaca Muerta y donde temen por posibles despidos.