El Gobierno redujo el crawling peg al 1% mensual: qué significa y cómo impacta en la economía
De cara al futuro, aunque el mercado esté avalando la dinámica cambiaria actual, se requieren algunas variables alineadas para que sea sostenible.

Tras darse a conocer el dato de inflación de diciembre de 2024, el Gobierno decidió recortar el "crawling peg" del 2% mensual al 1% mensual, lo que podría repercutir positivamente en la inflación futura, pero agravar la situación de apreciación cambiaria.

En concreto, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reveló que el índice de precios al consumidor (IPC) avanzó un 2,7% en el último mes del año, por lo que la canasta seleccionada creció un 117,8% en todo el ciclo.

A las pocas horas, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) reveló que el sendero de desplazamiento del el tipo de cambio se reduciría a la mitad a partir del 1 de febrero.

"Un menor crawling peg significa que aumenta menos el precio del dólar oficial, que es el que determina el costo de importación. Entonces, en principio, sube menos el costo en pesos de importar productos terminados e importar insumos o materias primas para la producción nacional; con lo cual, sube menos en teoría el costo, al menos el componente importado del costo de lo que luego se vende. Entonces, eso ayuda a que aumenten menos los costos y por tanto a que puedan aumentar menos los precios. Ese es el objetivo del Gobierno", explicó Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.

 

Por su parte, Gonzalo Lacunza, economista en Empiria Consultores, detalló que el impacto directo primero vendrá por los bienes y servicios transables, aunque el efecto sobre la inflación general es "difícil de cuantificar".

"La creencia de que los precios ya no corren necesariamente por encima del 2% puede ser eficaz para que efectivamente no lo hagan. Vale la pena mencionar que difícilmente se logre perforar la barrera del 2% en el verano, sobre todo teniendo en cuenta que la inflación núcleo de diciembre estuvo por encima de 3%", añadió.

Ante la menor revalorización del dólar oficial, y sin la inflación completamente bajo control, Argentina podría continuar profundizando su escenario de altos precios en dólares, lo que sería un gran desafío para las empresas locales.

"Argentina ya está tan cara en dólares como en los peores momentos desde la salida de la convertibilidad, del segundo Gobierno de Cristina y de la última parte del Gobierno de Mauricio Macri. Ya estamos de vuelta en estos niveles y seguramente durante 2025 los superemos", proyectó Kalos.

 

"Eso es un problema porque es un problema de competitividad generado por la política cambiaria de este Gobierno, que deja fuera de competencia a empresas argentinas que son altamente productivas, pero que se encuentran con no solo el problema cambiario, sino que el gobierno ha dejado de mantener por ejemplo las rutas y entonces el transporte de mercancías por todo nuestro país se volvió más caro, más difícil, más lento y más dificultoso, con más riesgos", señaló el economista.

Además, en términos financieros, también habría consecuencias para los ahorristas, operadores e inversores. "Esta estrategia está orientada a incentivar el carry trade, generando una alta demanda de instrumentos en pesos para que no haya presiones sobre los tipos de cambio. Cómo presumiblemente, además, se anuncie una baja en la tasa de interés, vamos a ver alta demanda de instrumentos en pesos, particularmente en la parte media y media-larga de la curva de rendimientos", mencionó Leonardo Anzalone, director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC).

De cara al futuro, aunque el mercado esté avalando la dinámica cambiaria actual, se requieren algunas variables alineadas para que sea sostenible. "El riesgo de una reversión en la evolución de la acumulación de reservas no es cero. Mientras los dólares financieros sigan ingresando por encima de las salidas de los dólares comerciales (exportaciones desincentivadas, importaciones en alza), el esquema actual podrá continuar. Si no, habrá tensiones en el mercado cambiario, a través de los dólares paralelos y la brecha, que podrían contagiarse al resto de la economía. El equipo económico tendrá el desafío de no generar ese escenario en un año donde las presiones electorales le exigirán mantener el principal activo político del Gobierno: que todos los meses la inflación sea menor a la del mes anterior", resumió Lacunza.