La reciente renegociación del acuerdo con el FMI tuvo a la sequía como principal argumento para justificar los incumplimientos de las metas pautadas. Sin embargo, de no haberse registrado este fenómeno, el déficit fiscal igualmente hubiera superado los topes fijados.

De acuerdo a un informe de Ecolatina, el acumulado del primer semestre del 2023 muestra un rojo primario de 1,88 billones de pesos, es decir, un 1,1% del PBI. Esto representa un déficit excedente a lo acordado en un 60%, equivalente a 700.000 millones de pesos.

Así, en vez de mejorar la performance del 2022 como establecía el acuerdo, se la empeoró en un 17%, llevando el déficit a los peores registros desde los niveles del 2015 al 2017.

De todos modos, descontando el efecto sequía, con una recaudación de derechos de exportación estable en términos reales, la meta fiscal con el Fondo se hubiera sobrepasado por 140.000 millones.

El número es resultado de una caída de los ingresos del 9% en términos reales que superó la reducción del gasto primario del 6%. Cabe destacar que la merma en la recaudación no fue mayor gracias a la implementación del “dólar soja 3”, que hizo que los derechos de exportación empaten con la inflación en junio, luego de acumular un desplome del 63% en los primeros cinco meses del año.

Esto provocó que el sexto mes del 2023 pueda mostrar un mejor desempeño del rojo fiscal con un recorte del 12% interanual en términos reales. No obstante, la evolución del gasto registró un preocupante dinamismo al moderar su velocidad de caída de un 9,5% entre febrero y mayo, a solo un 3% en junio. 

Por le contrario, la dinámica del déficit financiero operó en el sentido inverso y, a partir de un incremento de casi 97.000 millones en el pago de intereses de la deuda pública, alcanzó el nivel más elevado del 2023 con 708.000 millones. 

De cara a los próximos meses, la consultora prevé un déficit primario inercial del 2,6% del PBI, sin mostrar mejoras en su comparación con el 2022. “Dada la fragilidad que expone el actual esquema de política económica, los límites para conseguir fuentes alternativas de financiamiento, la incertidumbre financiera típica de los procesos electorales y la necesidad de acordar con el FMI para no complicar aún más el frente cambiario, sostenemos que lo más probable es que el Gobierno retomé el sendero hacia la consolidación fiscal en los próximos meses para acercarse a los niveles pactados con el organismo”, asegura el informe.

“Más allá de los beneficios fiscales que traerán aparejadas las recientes medidas anunciadas (mayor recaudación por importaciones), las autoridades deberán profundizar el ajuste real sobre el Gasto Público en la segunda mitad del año. Para ello, será clave la contención del gasto social frente a unos ingresos sumamente deteriorados, lo cual no será nada sencillo en el marco de las elecciones presidenciales”, añaden.