Las presiones del sector petrolero surtieron efecto y el Gobierno aceptó convalidar un aumento de combustibles que se aplicaría este mismo martes y llegaría al 11%, según revelaron fuentes de la industria a este medio.

Como anticipó Forbes en exclusiva, tras la devaluación del lunes, las refinadoras pusieron en grito en el cielo y pidieron un ajuste del 20% para compensar el movimiento del dólar.

Si bien este alza no alcanza las expectativas para recomponer márgenes, las firmas consideran que garantiza las condiciones mínimas para poder seguir comercializando los productos, cosa que ponían en duda hace unas horas por la incertidumbre de no tener precio.

Como explicó este medio, incluso antes de la devaluación la situación era crítica para las refinadoras de combustibles. El acuerdo Precios Justos hizo que perdieran más de 40 puntos porcentuales contra la inflación desde diciembre del 2022, lo que llevó al precio del litro de nafta al valor más bajo de la década.

El CFO de YPF, Alejandro Lew, había reconocido este panorama en la presentación del balance de la empresa en la última semana, donde afirmó que la brecha contra los precios internacionales había saltado del 13% al 30%. No obstante, ese cálculo es a valor oficial del dólar. Si se toma en cuenta el dólar blue, la diferencia es aún más grande y el litro de nafta estaría cotizando a solo 30 centavos de dólar, entre 3 y 4 veces menos que el promedio histórico argentino.

Los estacioneros elevaron un reclamo en el mismo sentido y pidieron un ajuste de precios del 60% también antes del impacto de las elecciones primarias, por lo que este ajuste sería tan solo el primero de una serie de aumentos que podrían darse hasta fin de año, donde solamente por la actualización impositiva, los combustibles deberían aumentar otro 25%.