El gasto público creció en agosto por segundo mes consecutivo en términos reales según estimaciones privadas en base a datos oficiales, un cambio con la tendencia de ajuste que se observaba antes de las PASO. Esa dinámica, sumada a las últimas medidas del Gobierno para paliar los efectos de la devaluación, complica la posibilidad de cumplir con un déficit fiscal primario del 1,9% del PBI en 2023 como pidió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ese agujero en las cuentas públicas presiona sobre las necesidades financieras del Tesoro en el último tramo del año. Los analistas anticipan que el BCRA deberá utilizar la maquinita para cerrar ese rojo a través de vías directas e indirectas, por lo que habrá mayor presión sobre la brecha cambiaria y la inflación.
El monitor del gasto primario devengado mensual de la consultora Analytica arrojó que en agosto se observó una caída real del 1,5% respecto a julio pero un incremento interanual del 3,6% a precios constantes. Si se excluyen los subsidios energéticos, la variación interanual es del 3,7%, comentó la casa de estudios que preside Ricardo Delgado.
Si bien esta medición no es comparable con los números base caja que publica la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía, que contemplan los pagos efectivamente realizados, si se confirma el crecimiento del gasto en agosto sería la segunda suba consecutiva. En julio el incremento había sido del 2% interanual.
Analytica detalló que entre agosto del 2022 y el mismo lapso de 2023 los mayores ajustes del gasto primario devengado se dieron en asignaciones familiares y AUH (-29,5%) y el gasto en capital (-5,9%). Por otro lado, se registraron incrementos interanuales en las transferencias a provincias (+26,9%), después de haber caído fuerte en julio, y en el gasto destinado a programas sociales (Potenciar trabajo, Progresar, Alimentar, etcétera) que aumentaron un 17,5%.
Por otro lado, la consultora señaló que desde la llegada de Sergio Massa en agosto al Ministerio de Economía el gasto acumuló una caída del 13,4% interanual, un recorte de $6,1 billones a precios constantes. A su vez, en los primeros ocho meses de este año cayó un 7,3%.
El crecimiento del gasto no es una buena señal para la meta de déficit fiscal primario base caja pactada con el FMI para todo el año. En los primeros siete meses ese rojo ascendió a $2,215 billones (1,3% del PBI), por lo que quedó un margen poco mayor al $1 billón hasta diciembre.
Al respecto, desde Fundación Capital alertaron: Como porcentaje del producto, implicaría sólo 0,6 puntos del PBI para agosto-diciembre, cuando usualmente sólo el último mes del año supera esa cifra. Aún más, la dinámica observada en los últimos meses, sumado a las recientes medidas fiscales anunciadas por las autoridades, hacen prever que no sólo no se alcanzaría la meta fiscal acordada con el organismo internacional, sino que la misma sería ampliamente incumplida. La consultora proyectó que el déficit cerrará en torno al 3,1% del PBI.
Ese proceso implicará mayores necesidades de financiamiento para el Tesoro en un contexto de fuerte caída de los ingresos debido a la sequía. En un contexto de falta de dólares, demanda de dinero en retroceso y alta incertidumbre, los más de $2,7 billones de pesos que se podrían emitir para asistir al Tesoro, sin dudas incrementarán la presión sobre la brecha cambiaria y la inflación, concluyó Fundación Capital.