The Vanguard Group está cerca de romper otro récord dentro de la industria de la gestión de activos: tener el fondo cotizado en bolsa (ETF, por su sigla en inglés) más grande del mundo.
En lo que va del 2025, el fondo VOO que replica el comportamiento del S&P 500 recibió casi US$ 18.000 millones luego de conseguir una recaudación de US$ 116.000 millones en 2024.
De esta forma, sus activos bajo administración se dispararon hasta un total de US$ 626.000 millones, por lo que le pisa los talones al SPY de State Street, que cuenta con US$ 637.000 millones y desde hace varias décadas es el ETF del S&P 500 más grande y popular del mundo.
El atractivo de VOO resalta el perfil de los clientes principales de Vanguard, como asesores financieros y minoristas conscientes de los costos, con un enfoque en inversiones a largo plazo.
Las tarifas extremadamente bajas de Vanguard generaron una base de seguidores leales entre los inversores de "comprar y mantener", ya que su estructura corporativa única permite que los accionistas elijan a los miembros de la junta, lo que mantiene los gastos de los productos relativamente bajos.
"En términos generales, VOO ganó la batalla por los activos minoristas. Para mí, VOO tiene los inversores más pegajosos de todos. Son manos de diamante que harían sonrojar a cualquier persona interesada en las criptomonedas", afirmó Eric Balchunas, analista de ETF en Bloomberg Intelligence.
Por otro lado, SPY es valorado por los operadores profesionales debido a su alta liquidez y spreads muy estrechos. Sin embargo, su mayor volumen de operaciones suele generar un flujo significativo en ambas direcciones.
Un ejemplo de esto es que VOO nunca sufrió una salida neta anual desde su lanzamiento en 2010, mientras que SPY registró retiros netos en cinco años durante ese mismo período.
