Un día después de asumir como nuevo interventor del ENRE, Darío Arrué convocó a una audiencia pública para el 26 de enero a fin de debatir los próximos aumentos de luz.
Fuentes del sector indicaron a Forbes que el atraso en el Valor Agregado de Distribución (VAD) ronda el 200%, a lo que debe sumarse la actualización del precio de la electricidad. Algo que varía según cada categoría.
Hasta ahora, el esquema estaba organizado en tres segmentos según el ingreso de los usuarios. Los de mayor poder adquisitivo (N1) pagaban el costo pleno del servicio hasta que se produjo la devaluación de Caputo. De ahí que se estima un alza de entre 150% y 180% en esta categoría al contemplar el VAD.
Los ingresos medios (N3) serían los más perjudicados por partir de un piso más bajo. Actualmente, gozan de un umbral de consumo subsidiado que llega a los 400kw/h en la mayoría del país y se espera que pasen a la categoría más alta que no recibe ningún apoyo estatal.
Bajo esa premisa, la suba proyectada se acerca al 400% en promedio y podría superar el 600% en las categorías de menor consumo (R1, R2 y R3).
Finalmente, los usuarios de ingresos bajos (N2) mantendrían un alto porcentaje de subsidios, pero no como que el gozan actualmente, donde pagan apenas el 10% del costo de la factura. Considerando una cobertura del 20% del costo, el aumento se ubicaría entre un 180% y un 200%.
La parte positiva para los usuarios es que el retraso de la convocatoria hace que la vigencia de los aumentos se postergue para marzo. Con lo cual, el pico de consumo de típico de cada verano sería facturado a precio viejo.
De acuerdo con las declaraciones de Caputo, el objetivo es reducir los subsidios en un 35% durante este año, pero la baja sería mayor en el segmento eléctrico donde promediaron los 5.600 millones de dólares durante 2023.