Las lágrimas de Lionel Messi conmovieron al mundo. La historia de cuento entre el rosarino y el Barcelona, un matrimonio que en algún momento parecía indisoluble, escribió su punto final. El futuro dirá si esta novela tendrá un capítulo más o si ésta fue, ni más ni menos, la despedida definitiva del club de su vida.
En medio de la nostalgia, la tristeza y un Jorge Messi desafiando a la prensa catalana, apuntando indirectamente al actual presidente de Barcelona como responsable de la salida de Leo, el mejor jugador del mundo llegó al suelo parisino. Un traspaso histórico para el fútbol francés y, por supuesto, para el PSG que, de un día al otro, su cuenta en redes sociales ganó 20 millones de seguidores.
Lionel Messi llegó a Francia acompañado de su familia. Ni bien se bajó del avión, los dueños del club parisino ya lo estaban esperando con ansias. Es que, más allá de cómo se recuerde en un futuro el paso de Messi por el fútbol francés, hoy el PSG es el club que le abrió las puertas al mejor jugador del mundo luego de que el Barcelona le diera la espalda.
Escrito así, hasta parece hasta un acto benévolo. Para expertos en geopolítica, ese acto benévolo no es casual: el fichaje más importante de la historia moderna tiene una razón de ser.
Un Messi en estado puro se presentó en el PSG
¿Qué tienen que ver Messi, PSG, Qatar y el Mundial?
La llegada de Messi a París se enmarca dentro de una estrategia política y de imagen de Qatar. El PSG es propiedad de Qatar Sports Investment (QSi), firma subsidiaria de Qatar Investment Authority, un fondo soberano de inversión cuyo director ejecutivo es el emir qatarí Tamim bin Hamad Al Zani.
En esta nueva era del fútbol manejado por jeques, como sucede con Chelsea, Manchester City y el mismísimo PSG, muchos argumentan que el club francés cuenta con el respaldo de la riqueza petrolera de Qatar.
Simon Chadwick, profesor de Geopolítica Económica del deporte de la Escuela de Negocios EM Lyon en Francia, dialogó con la BBC y explicó: El PSG es un club Estado y ni siquiera los qataríes lo desmienten. La propiedad del club en manos de QSi está efectivamente asociada con el fondo soberano de inversión de Qatar. El presidente de QSi, Nasser al Khelaifi, es miembro de la familia real qatarí y también preside el PSG. Qatar no es una democracia. La familia real es el gobierno. No hay discusión: el estado de Qatar es dueño del PSG".
"Qatar quiere que el PSG gane la Liga de Campeones el próximo año. Si la ganan en mayo (de 2022), en noviembre Qatar alberga el Mundial de Fútbol. La marca nacional, el 'poder blando' y beneficios en la reputación son parte de la estrategia de Qatar", apuntó Chadwick.
Críticas y escándalo
Según informó la BBC, diversas organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch, denunciaron la explotación de trabajadores emigrantes en el país Qatarí, quienes tuvieron un rol fundamental en la construcción de los modernos estadios para el Mundial de 2022 que se disputará en Qatar. También apuntaron contra leyes que "continúan discriminando a mujeres, lesbianas, homosexuales, bisexuales e individuos transgénero".
En marzo de este año, Amnistía Internacional escribió una carta a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) en la que se instó a "adoptar medidas concretas y urgentes para garantizar que la competición deje un legado positivo y duradero a todas las personas trabajadoras migrantes de Qatar y no dé lugar a más abusos laborales". Además de estas denuncias, también existen alegaciones de soborno para ganar votos por parte de representantes qataríes a miembros de la FIFA, informaron en BBC.
Según Chadwick, lo que intenta hacer Qatar a través del PSG, Leo Messi, sus grandes figuras como Neymar, Kylian Mbappé, la megaestrella del fútbol francés, o el recientemente fichado Sergio Ramos -referente del Real Madrid y cara visible del fútbol español- es sportswashing: un lavado de imagen a través del deporte.
"En lugar de hablar de migración, condiciones laborales y la forma en que Qatar trata a su comunidad LGTBQ, estamos hablando de Lionel Messi, PSG y fútbol. Una interpretación de 'sportswashing' sería una estrategia para distraer a la gente y no hablar de cosas más importantes", aclaró el profesor Chadwick.
"La gente está seducida, pero es importante no olvidar que el deporte es solo un aspecto de la vida. Igualmente, lo de Messi, la Copa Mundial y demás, en Qatar y cualquier país, ayudan a provocar efectos y cambios positivos. Lo que en Europa la gente ve como 'sportswashing', en Qatar lo ven como parte de su estrategia de crecimiento. Con la llegada de Messi a París, el PSG y Qatar ya tienen la atención de todo el planeta, finalizó el especialista.