John Deere presentó los resultados financieros correspondientes al tercer trimestre del año (cuarto trimestre fiscal) y sorprendió a los analistas e inversores con sus ingresos y ganancias.
En primer lugar, la compañía estadounidense reportó ingresos por US$ 11.330 millones, una cifra un 6,5% superior a los US$ 10.640 millones proyectados por los especialistas del sector. A su vez, el beneficio por acción (EPS, por sus siglas en inglés) fue de US$ 4,12, un monto un 7,9% más alto que el pronosticado.
Además, se informó que las ventas de equipos grandes y medianos de John Deere aumentaron un 23% en el trimestre, mientras que las ventas de equipos agrícolas y de césped más pequeños crecieron alrededor de un 17%.
Estos positivos resultados financieros se debieron, en parte, al impulso que gozó la industria agropecuaria durante el 2020: los precios más altos del maíz y la soja alentaron a los productores agropecuarios a invertir más dinero en tractores y cosechadoras.
En el comunicado de prensa, John May, actual director ejecutivo de la compañía, expresó: El sólido desempeño de John Deere durante el cuarto trimestre y el año completo fue logrado por nuestros dedicados empleados, distribuidores y proveedores en todo el mundo, quienes han ayudado a mantener nuestras operaciones de forma segura y a servir a los clientes.
Nuestros resultados reflejan una fuerte demanda del mercado final y nuestra capacidad para seguir sirviendo a los clientes mientras gestionamos los problemas de la cadena de suministro y llevando a cabo negociaciones contractuales con nuestro sindicato más grande, agregó el ejecutivo.
Ante la presentación de los balances, las acciones de John Deere (NYSE: DE) se dispararon al alza: hasta el momento, acumulan una suba intradiaria del 5,8%. De esta forma, la cotización se acerca a los US$ 360.