El terremoto financiero mundial representa una dura puñalada para Vaca Muerta. Si bien los proyectos siguen siendo rentables gracias a la fuerte baja de costos de los últimos años, el derrumbe en la cotización del barril pone en duda la velocidad de desarrollo de la formación neuquina por la merma de rentabilidad y la dificultad para conseguir el financiamiento necesario.
En apenas unas pocas semanas, la guerra comercial de Trump cambió por completo las perspectivas de crecimiento económico de cara al futuro y eso hizo que el precio del Brent cayera de 75 a menos de 60 dólares por barril, algo que no sucedía desde febrero del 2021.
El presidente de YPF, Horacio Marín, intentó llevar calma y aseguró que incluso a 45 dólares Vaca Muerta es rentable. Sin embargo, cuanto más bajo sea el precio, más fuerte es la competencia entre los distintos yacimientos y muchas firmas internacionales con una carpeta de proyectos en diversas partes del mundo van a tener que dar de baja a los que ofrecen una menor tasa de retorno.
"La pregunta del millón es si el mundo va a recesión o no. La probabilidad implícita que dicen los grandes bancos es del 60% y, si esto sucede, el petróleo puede seguir bajando. A su vez, los proyectos van a ser más caros porque este escenario de tarifas es inflacionario y va a provocar una suba en las tasas de interés. Esto complica en especial a los mercados emergentes porque va a darse un flight to quality y particularmente a la Argentina que también tiene un problema endógeno a nivel político, con un tipo de cambio atrasado, año electoral y reservas negativas. Cómo dice el viejo refrán, cuando el mundo se resfría, a la Argentina le agarra pulmonía", subrayó el presidente de Conetxia Family Office, Miguel Sinigaglia.
El costado financiero es uno de los aspectos más complejos para nuestro país. Con un riesgo país que volvió a orillar los 1.000 puntos básicos y esta perspectiva de incremento del costo del crédito, se vuelve más complejo el financiamiento de grandes obras de infraestructura como el oleoducto VMOS y el sistema de gasoductos para los proyectos de GNL.
"Hay un cambio de paradigma mundial que está causando una tormenta perfecta. Es un momento de prueba para todas las petroleras de Vaca Muerta. Hay que ver si esto es algo momentáneo o si vamos a tener que vivir con estos precios. Nadie sabe cómo va a terminar esta guerra comercial y el impacto es muy fuerte para la industria tanto en las acciones como en los mismos commodities y en los bonos", indicó a Forbes el analista de mercados, Francisco Uriburu.
A nivel país, esta merma en el crudo va a significar una importante caída en las exportaciones justo en un momento donde el sector energético estaba evitando que el país caiga en déficit comercial por el aumento de importaciones que produce el atraso cambiario.
El economista Nicolás Gadano calculó que la pérdida rondaría los 1.000 millones de dólares en el año. En tanto, Nicolás Arceo afirmó que por cada dólar que baja el barril, las pérdidas son de unos 230 millones de dólares al año.
"Para Argentina es muy fuerte el impacto. Los convencionales estaban bastante al límite y esto los va a complicar mucho. Y los no convencionales siguen siendo rentables, pero con los problemas propios de Argentina también se complican. Habría que empezar a hacer más eficiencia de todo tipo para bajar más los costos: logística, de transporte, operativa, con el uso de IA. Hay que encontrarle la vuelta", sostuvo el consultor y ex secretario de Planeamiento Energético, Daniel Dreizzen.
Otro de los grandes perdedores es la provincia de Neuquén que tiene el 60% sus ingresos vinculado a la industria petrolera a partir de las regalías que fluyen según el valor export parity y el volumen de producción. En consecuencia, desde la gobernación están analizando una reformulación presupuestaria con un fuerte ajuste de gastos para adaptarse a este nuevo panorama.
"Si no hay una reversión en el precio nos va a afectar en nuestros ingresos, que nos liquidan el día 15 de cada mes. Lo estamos mirando con prudencia. No podemos fijar un escenario hoy, porque es día a día. En el 2024 habíamos logrado equilibrar las cuentas, habíamos terminado con un superávit, lo cual nos permite tener unos meses de cierta tranquilidad a pesar del contexto en el que estamos", dijo Carola Pogliano, secretaria de Hacienda y Finanzas de la provincia.