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El clima empieza a jugar en contra del Gobierno y podría complicar el superávit fiscal

Fernando Heredia

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El anticipo del frío disparó el consumo de gas y obligará a una mayor importación de combustibles que se traducirá en un incremento de subsidios.

17 Mayo de 2024 15.59

El factor meteorológico podría poner en jaque el preciado superávit fiscal que tanto intenta cuidar la administración Milei. La llegada del frío sucedió mucho antes de lo previsto y está obligando a un incremento en las importaciones de combustibles por la consecuente disparada en el consumo energético para calefacción.

Este viernes, el reporte de estimación diaria del Enargas anticipó un consumo para la demanda prioritaria de casi el doble de gas respecto a la misma semana del 2023. Mientras que, hace un año, los hogares y comercios utilizaron unos 37,9 millones de metros cúbicos diarios, ese volumen se disparó a 69,2 MMm3/d en estas horas.

El mismo informe hace foco en la comparación meteorológica como factor explicativo principal de este fenómeno. Hace un año, la temperatura media semanal era de 17,9 grados. Hoy, en cambio, es estima un promedio de 11,5 grados con una mínima de 7 y el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional anticipa un invierno con temperaturas “por debajo de lo normal” en la región centro del país, la que tracciona la mayor demanda.

En electricidad el efecto es algo más acotado porque la mayoría de la gente se calefacciona con gas. De todos modos, se observa un incremento de 2.500 MW en la demanda respecto a la semana pasada (12,5% más), cuando la temperatura se ubicó unos cuatro grados por encima.

Frente a la mayor demanda residencial, lo primero que se hizo fue apelar a las compras de GNL. No obstante, como las autoridades no habían previsto una temperatura tan baja para esta altura del año, las compras no alcanzaron para que la terminal de escobar opere a máxima capacidad y, en consecuencia, estuvo inyectando menos de la mitad del gas del que podría haber hecho. Eso podría cambiar en los próximos días ya que llegó un nuevo cargamento importado, siempre que se reponga rápidamente.

El paso siguiente fue utilizar el almacenamiento existente entre la planta de Peak Shaving de Naturgy y el line pack, el gas acumulado en los gasoductos. De ahí se usaron más de 50 millones de metros cúbicos en esta última semana. “Estás con todos los jugadores colgados del travesaño. No te quedan más armas para defender”, indicó a Forbes una reconocida fuente de muchísima experiencia en el sistema gasífero.

Como la demanda no aflojaba, ayer se conoció la noticia que se empezó a cortar el gas a aquellos usuarios con contratos interrumpibles como ciertas estaciones de GNC y algunas industrias, que pagan un precio menor por este insumo bajo el riesgo de quedarse sin abastecimiento en los días más fríos.

Recién ahí, cuando ya no quedaban más alternativas, las autoridades aceptaron que tenían que empezar a utilizar combustibles líquidos para generar electricidad y así liberar parte del gas contractualizado por Cammesa.

“El Gobierno había decidido ahorrar subsidios evitando la compra de combustibles líquidos para las centrales termoeléctricas. Si se hubieran stockeado, no se hubiera tenido que cortar a los contratos interrumpibles. Es una decisión que priorizó el costo del sistema por sobre el abastecimiento general”, explicaron desde una distribuidora.

De esta manera, a pesar del impacto que tendrá en los subsidios, se debió recurrir a un recorte del 37% en el gas que consume el parque térmico. Esa cantidad esta siendo reemplazada por gasoil y fuel oil, combustibles que cuestan hasta el doble que el GNL y hasta unas cinco veces más que el gas de Vaca Muerta.

“Esto te incrementa mucho el costo de generación. La diferencia es pasar de 60 a 90 dólares el MW/h”, aseguró a Forbes el presidente del CEARE, Raúl Bertero, quien propone hacer un mercado spot de invierno para las térmicas para eficientizar las compras de combustibles sin pasar por Cammesa o Enarsa.

Por su parte, una fuente de la mayorista eléctrica confirmó a este medio que el costo del sistema se incrementará muchísimo en las próximas semanas. “Cada vez que nos sacan gas, el precio empieza a subir. Vamos a estar arriba del 60% de los precios de febrero en el promedio mayo, junio y julio”, alertó.

La gran pregunta es cómo afectará este fenómeno al resultado fiscal ahora que se sabe que el Gobierno analiza mantener las tarifas congeladas durante todo el invierno. Ya en abril, el componente subsidios energéticos marcó un alza del 239% interanual cuando todavía un 60% de la demanda pagaba tarifa plena y no se había incrementado el costo del sistema. 

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