Newmont, el mayor productor de oro del mundo, adquirió a su competidor Newcrest por US$ 15.000 millones para solidificar su posición de liderazgo. De hecho, su producción es tan grande que casi duplica la de Barrick Gold, su rival más cercano.
No obstante, las acciones de la corporación ya cayeron un 58% desde el máximo del 2022, lo que refleja el descontento de los inversores por no haber sido recompensados por el rápido crecimiento.
En este contexto, algunos analistas creen que la adquisición de Newcrest es uno de los principales disparadores del mal desempeño financiero. Por ejemplo, Morningstar detalló que “más grande no siempre es mejor en la minería de oro”.
En tanto, John Ing, veterano especialista en oro, dijo que, “a veces, con estas adquisiciones, se compran los problemas de otras personas”.
De todas formas, el propio director ejecutivo de Newmont, Tom Palmer, sigue manteniendo un gran optimismo con respecto al futuro de la compañía, indicando que sus acciones son “una compra única en una generación para cualquiera que esté pensando en invertir unos pocos dólares en acciones de oro”.
Aunque no hubo compras internas en los últimos cinco años, Newmont tiene un programa de recompra de acciones de US$ 1.000 millones como parte de su estrategia de asignación de capital, lo que demuestra la confianza expuesta por Palmer.
Para Jefferies, las acciones de la minera son una “compra” y el precio objetivo es de US$ 38, lo que implicaría un aumento del 15% desde la cotización actual.