Forbes Argentina
Luis Caputo
Money

El 2024 arrancó con una balanza comercial positiva de casi USD 800 millones

Fernando Heredia

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La devaluación de diciembre repuntó las exportaciones argentinas, pero hay temor a un retroceso si persiste el crawling peg del 2% mensual.

20 Febrero de 2024 17.17

La balanza comercial acompaño el sendero positivo mostrado por la política fiscal y registró un saldo favorable de 797 millones de dólares en enero. Sin embargo, al igual que en el plano de ingresos y gastos del Estado, existe una gran incertidumbre respecto a la sostenibilidad del rumbo.

El resultado del primer mes del año tuvo una gran influencia de parte del salto cambiario del mes de diciembre. Eso ayudó al incremento de las exportaciones del 9,6% para llegar a los 5.398 millones de dólares.

Por lejos, la categoría que mostró un mayor impulso fue la de productos primarios, con una suba del 55,4% que marca la recuperación frente a la sequía del 2023. “El incremento de 473 millones de dólares se debió principalmente a mayores ventas de trigo y morcajo, excluidos trigo duro y para siembra (416 millones de dólares); aceites crudos de petróleo (130 millones de dólares); maíz en grano, excluido para siembra (127 millones de dólares); harina y pellets de la extracción del aceite de soja (70 millones de dólares); y vehículos automóviles para transporte de mercancías”, sostiene el informe del Indec.

En segundo lugar, se ubicó el rubro “combustibles y energía” con un alza del 10,3%, seguido de “manufacturas de origen agropecuario” (3,1%). Por el contrario, las ventas de manufacturas industriales cayeron un 15,6%.

Las importaciones, por su parte, se desplomaron un 14,3% para totalizar los 4.601 millones de dólares, lo que también indica un freno poco sostenible en el tiempo. Acá, combustibles y lubricantes marcó la mayor caída con un 58,8%, seguido por piezas y accesorios para bienes de capital (13,2%), bienes de consumo (11,8%), bienes de capital (11,8%) y bienes intermedios (5,1%). Curiosamente, los vehículos automotores tuvieron un repunte sorprendente del 77,8%. 

“Se destacaron bajas en gasóleo (gasoil) (-228 millones de dólares); partes de teléfonos y de aparatos de emisión, transmisión o recepción, incluso circuitos impresos con componentes eléctricos o electrónicos (-164 millones de dólares); fueloil (-84 millones de dólares); y energía eléctrica (-53 millones de dólares)”, detalla el reporte.

La duda respecto al sendero futuro pasa por la situación cambiaria. Con una inflación superior al 20% en el último bimestre que no parece reducirse drásticamente en el corto plazo, la competitividad del dólar se verá afectada seriamente si se mantiene el ritmo de devaluación mensual del 2%.

“El tipo de cambio real ya está en torno a lo que fueron los $350 de cuando devaluó Massa. Lo que me preguntaría es si era necesario tal nivel de overshooting con las consecuencias sociales y económicas que eso acarreó para después dejar que se produzca tamaña apreciación real”, manifestó Pablo Repetto, de Aurum Valores, ante la consulta de Forbes.

Por el contrario, desde la consultora Abeceb sostienen que el tipo de cambio no está tan atrasado y que en los próximos meses pesará más la contracción económica que la pérdida de competitividad en el resultado comercial.

“En los próximos meses vas a tener un abultado resultado comercial con una fuerte caída de las cantidades importadas, aun cuando la competitividad se esté erosionando. Obviamente, de persistir una estrategia de atraso cambiario, puede ser una fuente de preocupación, pero hoy el tipo de cambio real desde que devaluó Milei se atrasó un 30% y todavía está 50% arriba de la situación pre devaluación. Eso, sin aumento de retenciones y con una inflación menor a la esperada, le está dando algo de changuí a la competitividad”, indicó Elisabeth Bacigalupo, responsable macro de Abeceb. 

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