Las medidas anunciadas la semana pasada por el Ministerio de Economía como paso previo al acuerdo con el FMI, siguen mostrando repercusiones en todo el aparato productivo. En este caso, el dólar maíz provocó un aumento en el precio del bioetanol que tendrá implicancia directa en los combustibles.
Se trata de un biocombustible que tiene una participación del 12% en la mezcla con las naftas y la mitad de ese porcentaje está cubierta por la variable producida a base de maíz. Por ese motivo, el otorgamiento de un tipo de cambio diferencial en las exportaciones de este cereal generó un alza en el costo de abastecimiento que disparó alarmas en los productores.
“El establecimiento del dólar maíz recalentó el mercado. El maíz FAS aumentó un 35% en pesos, ello redujo el margen técnico primario de los productores de bioetanol de maíz en alrededor de 20%. La ecuación ya estaba muy justa y esta medida afectó muy negativamente”, indicó a Forbes el consultor especializado en biocombustibles, Claudio Molina.
En ese marco, muchos productores amenazaron con paralizar las entregas si la Secretaría de Energía no autorizaba un aumento de urgencia, lo que terminó sucediendo horas más tarde. El director de la Cámara de Bioetanol de Maíz, Patrick Adam, anticipó el compromiso de Flavia Royón de incrementar el precio del bioetanol en un 15,2% en los próximos días. Si bien la suba se ubica unos tres puntos porcentuales por debajo de lo que venían pidiendo, la negociación con la cartera energética desactivó las protestas.
Los especialistas consultados por este medio aseguran que el traspaso a los precios de las naftas en el surtidor girará entre un 1% y un 1,5%, un número relativamente acotado, pero que eleva el piso del 4,5% pautado con las petroleras que ya venían reclamando un ajuste mayor por el atraso acumulado de los últimos meses donde la inflación duplicó las actualizaciones mensuales.
Es por eso que, en la industria, muchos hablan de un incremento de combustibles del 7% para la semana siguiente a las elecciones primarias del 13 de agosto. Cabe recordar que, en varias oportunidades, los aumentos reales observados en el mercado superaron las pautas del Gobierno, especialmente en el interior del país.
A pesar de que el beneficio del dólar maíz tendrá vigencia hasta el 31 de agosto, lo sucedido con la soja genera expectativas de repetir el incentivo y, por lo tanto, nadie espera que bajen los precios en el mes de septiembre.
“La experiencia del dólar soja indica que no se vuelve rápidamente a la normalidad e incluso en algunas situaciones no ha vuelto porque los productores esperan que se reinstale ese tipo de cambio diferencial. Estos parches son muy dañinos y no son lineales”, dice Molina.