La inflación anual de Brasil bajó ligeramente en diciembre, pero se mantuvo muy por encima del objetivo establecido por el Banco Central, tal como ocurrió por última vez en 2022.

Según datos oficiales, el índice de precios al consumidor de Brasil creció un 4,83% en 2024, en línea con la estimación de 4,84% de los economistas. 

De esta manera, la inflación sobrepasó el límite del 4,5% planteado, por lo que Gabriel Galipolo, presidente del organismo monetario, dará una conferencia por la tarde en la que explicará por qué no se cumplió la meta.

Mensualmente, la canasta seleccionada avanzó un 0,52% por una disminución del 0,56% en los precios de la vivienda, debido a la reducción en las tarifas eléctricas.

No obstante, todos los demás grupos de bienes y servicios monitorizados por la agencia de estadísticas experimentaron aumentos durante ese período, siendo los alimentos y el transporte los que registraron los incrementos más significativos.

Actualmente, el crecimiento económico y la preocupación de los inversores por las finanzas públicas están intensificando las presiones sobre los precios, afectando a los consumidores y minando la popularidad del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

"Este es un final de año relativamente positivo, pero ofrece poco consuelo ya que las perspectivas de inflación se han deteriorado significativamente", expresó Andrés Abadía, economista jefe para América Latina en Pantheon Macroeconomics, en una nota publicada para sus clientes.

Tras darse a conocer el dato de inflación, las tasas de swap del contrato con vencimiento en enero de 2026, indicador de las perspectivas del mercado financiero hacia la política monetaria a finales de este año, aumentaron casi 6 puntos básicos.

"Aunque las cifras principales estuvieron en línea con las estimaciones, los detalles muestran un empeoramiento de la inflación básica y de servicios", sostuvo Milena Landgraf, socia en Jubarte Capital.