Los empresarios pyme consultados por Fundación Observatorio Pyme (FOP) en su tradicional Encuesta Estructural, consideran que el problema de la alta participación de los impuestos en el costo final del producto tiene una relevancia considerablemente elevada.
En una escala del 1 al 10, las pymes de la Industria Manufacturera, en promedio, se ubican en el 8,5, mientras que las pequeñas y medianas empresas de Comercio Mayorista y Servicios Profesionales y a la producción las siguen de cerca con un promedio de 8,2 y 8,1 puntos respectivamente, de acuerdo al FOP.
No es una novedad que la presión fiscal para las empresas es la más alta de la región y también es superior respecto de los países desarrollados. De acuerdo a datos del Banco Mundial (BM), la presión fiscal sobre las ganancias comerciales en la Argentina quintuplica a la registrada en Chile y supera en 8 puntos a la registrada en Australia.
Este aspecto constituye uno de los factores que incide en la baja creación de empresas y el escaso stock de empresas en el país, limitando de este modo también el desarrollo productivo y territorial. En la Argentina, hay 2326 habitantes por cada sociedad naciente; mientras que en Australia ese cifra desciende a 67; en Chile a 125; en Brasil a 347; en Colombia a 500.
El impacto de la doble indemnización
Según el informe especial El impacto de la prohibición de despidos y doble indemnización sobre las mipyme, elaborado por FOP, el 72% de las mipyme se ve afectada negativamente por la normativa que establece la prohibición de despidos y la doble indemnización (ya sea por la dificultad de reestructurar, 38%, o por la dificultad de contratar, 34%).
Se observa también una mayor demanda de reestructuración asociada a firmas con mayor presencia de personal inactivo, también entre aquellas donde existe mayor capacidad ociosa.
Desde el punto de vista sectorial, se observa que las mipyme del sector manufacturero (43%) presentan mayores complicaciones en relación con la dificultad de reestructurar personal propio, mientras que el impacto negativo sobre la posibilidad de contratar nuevo personal está más difundido entre las firmas del sector del agro y los recursos naturales (41%).
Con cierta lógica, las relativamente menos afectadas por la normativa son las microempresas, compuestas básicamente por empresas unipersonales y monotributistas, es decir empleadores sin prácticamente personal inactivo.
Las investigaciones de FOP muestran que la crisis de la pandemia provocó fuertes y bien diferenciados efectos productivos entre las firmas de los distintos sectores, tamaños y regiones. Algunas de las históricas brechas de productividad entre tamaños y sectores se han ampliado durante esta crisis. A la salida de la pandemia encontraremos, ya consolidadas, nuevas situaciones productivas que será necesario atender.
Una política pública bien diseñada para enfrentar los problemas emergentes es bienvenida, pero es necesario definir con urgencia los instrumentos necesarios para dar sostenibilidad de largo plazo a la incipiente reactivación productiva en curso, sostienen desde FOP.
La prohibición de despidos y la doble indemnización fueron un intento de sostener el empleo. Sin embargo, de acuerdo con la encuesta de FOP, estas regulaciones constituyeron un incentivo negativo para las mipyme.