El gasto primario devengado de la Administración Pública Nacional marcó un alza del 0,7% respecto al mismo mes del año pasado y cortó con una racha de un año consecutivo de caídas en términos reales. Así, es la primera vez desde que Sergio Massa es el ministro de Economía en el que las erogaciones crecen por encima de la inflación del período en el marco del ajuste fiscal que se pactó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La meta de déficit fiscal para 2023 luce complicada de cumplir para el Gobierno.
La información surge del último informe de ejecución presupuestaria de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Vale aclarar que el estudio se realiza en base a los gastos devengados por lo que puede diferir del “base caja”, o lo efectivamente pagado, que publicará la semana que viene la Secretaría de Hacienda.
En el trabajo de OPC se puede observar el quiebre en la tendencia de recorte que se venía observando desde julio del 2022 tras la renuncia de Martín Guzmán al Palacio de Hacienda y la llegada al cargo de Silvina Batakis. Hasta la salida de Guzmán el gasto devengado había acumulado un crecimiento del 12,4% interanual durante el primer semestre mientras que Batakis pisó los gastos y finalizó ese mes con una caída del 11,5% interanual.
Con la llegada de Massa se profundizó la tendencia para cumplir con la meta de déficit fiscal primario prevista con el FMI en 2,5% del PBI para 2022. Es por eso que durante el segundo semestre el retroceso de las erogaciones primarias se desplomó 19,5% descontando el efecto de la inflación.
Ese proceso continuó durante el primer semestre de 2023 y se cortó en julio. De todos modos, el gasto primario devengado acumulado en los primeros siete meses del año cayó 8,3% en términos reales si se compara con el mismo lapso del 2022.
En ese marco, los analistas anticipan que difícilmente el déficit primario “base caja” de este año cierre en 1,9% del PBI por el efecto de la sequía en los ingresos por retenciones al fisco y a pesar de las últimas medidas del Gobierno para acelerar la recaudación.
El rojo acumuló hasta el primer semestre $1,27 billones cuando el tope era de $1,18 billones. Ese empeoramiento del resultado fiscal tuvo lugar a pesar del recorte del 6% anual real en el gasto primario en los primeros seis meses del 2023, ya que la recaudación cayó 9% en ese mismo lapso por la seca.
En paralelo, el Gobierno espera que el FMI apruebe la semana que viene el desembolso de US$7.500 millones en agosto correspondientes a la última revisión del programa argentino. Massa viajará a Washington el martes 22 de agosto para estar presente el miércoles 23 durante la oficialización de que llegarán esos fondos.
