El déficit primario del Sector Público Nacional acumuló hasta julio $2,215 billones y, cuando aún faltan dos meses, estuvo por encima del topé del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el tercer trimestre. Ese resultado se alcanzó a pesar de que el ajuste del gasto fue el más alto de los últimos siete años, aunque en el séptimo mes se rompió una racha de recorte en términos reales, debido al impacto de la sequía en la recaudación.
Esa dinámica complica la posibilidad de cumplir con el tope de 1,9% del PBI para el rojo primario de 2023 que prevé el programa con el FMI y fue ratificado en la última revisión. Este miércoles se reunirá el Directorio del organismo para votar el desembolso pendiente de US$7.500 millones.
El déficit de julio fue de $334.000 millones, equivalente a 0,19% del PBI, y creció 106% interanual descontando el efecto de la inflación. En el mes hubo una caída del 3,4% en los ingresos respecto al mismo periodo del año pasado y un incremento del 2,6% en los gastos primarios, la primera suba real en lo que va de 2023.
El rojo primario acumuló entre enero y julio $2,215 billones. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) destacó que en ese período el gasto primario cayó 4,8% en términos reales y fue el más bajo desde 2016. Las partidas que sufrieron un mayor ajuste fueron: asignaciones familiares (36,9%), subsidios a la energía (20,3%) y en transferencias corrientes a provincias (17,6%).
“Puede apreciarse que en 2023 se ejecutó el menor nivel de gasto de los últimos 7 años. Se había reducido desde 2017 hasta 2019, luego con la pandemia volvió a subir y, por último, volvió a descender”, repasó la casa de estudios que conduce Nadin Argañaraz.
Sin embargo, ese proceso no alcanzó para compensar el desplome de 8% interanual real que sufrieron los ingresos al fisco, según Iaraf, debido al efecto negativo de la seca en el cobro por derechos de exportación. El Ministerio de Economía calculó que la recaudación por retenciones estuvo $906.000 millones (0,5% del PBI) por debajo de lo proyectado en el Presupuesto 2023.
El Iaraf realizó un cálculo sobre cuál sería el resultado fiscal acumulado sin el efecto sequía, aunque con una diferencia respecto a los números oficiales. “El déficit entre enero y julio podría haberse reducido en 0,34 p.p. del PIB respecto al año 2022”, comentaron.
El rojo primario sumó en siete meses $2,21 billones cuando el límite pactado con el FMI para el tercer trimestre, es decir hasta septiembre, era de $2 billones. Desde Romano Group advirtieron: “Ya se transgredió la meta en $ 0,15 billones, mientras faltan aún 2 datos fiscales”.
Hacia adelante el problema será cómo finalizar el año con un déficit primario equivalente a 1,9% del PBI cuando el margen para los meses que quedan es de 0,6 puntos del PBI. Peor aún, en la última parte del año el gasto tiene un fuerte crecimiento estacional y el Gobierno prepara anuncios para los próximos días vinculados a refuerzos de ingresos que, en algunos casos, saldrán del Tesoro Nacional.
En ese sentido, la consultora Fundación Capital apuntó: “El bono de $27.000 otorgado a jubilados que cobran la mínima implica un incremento del gasto de $ 179.000 millones (0,1% del PBI). Aún más, en un contexto de elecciones competitivas para el oficialismo, existe un incentivo a incrementar el gasto social. De hecho, el ministro de economía mencionó que esta semana se anunciarían refuerzos para los perceptores de asignaciones familiares y AUH. Finalmente, los subsidios energéticos también podrían incrementarse en tanto la devaluación aumenta los costos de generación y, si bien se anunciarían nuevas subas de tarifas, éstas serían sólo para los hogares de mayores ingresos”.