La semana pasada, la Cámara de Diputados le dio el visto bueno al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 179/2025 del Gobierno que avala nuevas operaciones de crédito público entre el Tesoro Nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) bajo un programa de Facilidades Extendidas (EFF, por su sigla en inglés).
Sin embargo, todavía no se conocen los detalles sobre el acuerdo con el organismo multilateral, lo que está generando volatilidad en los mercados. Aún así, se espera que, una vez que llegue el financiamiento solicitado, se retome la tendencia alcista tanto en las acciones como en los bonos.
"Respecto al monto total del programa, todo indica que el financiamiento cubriría tanto la cancelación parcial de Letras Intransferibles como los vencimientos de capital con el FMI de los próximos cuatro años", sostuvo Milagros Gismondi, economista en Cohen Aliados Financieros.
Puntualmente, la expectativa es que el acuerdo superaría los US$ 15.000 millones, considerando los pagos de capital al FMI hasta febrero de 2028 (US$ 11.700 millones) o 2029 (US$ 18.500 millones), dependiendo de cómo se interpreten los cuatro años de vencimientos, más el monto necesario para las Letras Intransferibles.
"Según la valuación del BCRA, el saldo total de estas Letras asciende a US$ 23.000 millones, mientras que su valuación nominal en los libros del Tesoro Nacional es de US$ 69.000 millones (luego de la de este año, la próxima cancelación significativa corresponde a una Letra con vencimiento en diciembre de 2029, cuyo valor nominal es de US$ 4.571 millones)", añadió Gismondi.
De acuerdo a Adrián Moreno, economista y asesor financiero en Sailing Inversiones, si los desembolsos son más acaudalados a corto o mediano plazo ante un posible refuerzo en las reservas del Banco Central, "podría descender contundentemente el riesgo país, haciendo que la valuación tanto de la renta fija como del equity aumente su precio considerablemente". Si, en cambio, el acuerdo decepcionara en cualquiera de sus términos o generara demasiada inquietud por las reformas comprometidas, particularmente en el frente cambiario, podría producirse el efecto inverso. Es decir, una ola de ventas. Existe una tercera alternativa que, aun sin provocar un impacto negativo, muchos operadores apuesten a "vender con la noticia" y buscar otras opciones a la espera del impacto de mediano plazo.
En cualquier caso, el escenario con grandes chances de concretarse es claro: como las acciones están más castigadas que los bonos por la volatilidad internacional, podrían tener un mayor potencial de crecimiento. Cabe señalar que el índice Merval medido en dólar CCL subió un 11% desde principios de marzo, pero todavía se ubica un 27% por debajo del récord histórico registrado en el arranque del 2025.
Para Moreno, la balanza se inclina más a favor de la renta variable "fundamentalmente porque se encuentra, a pesar del recupero de las jornadas anteriores, más distanciada de sus últimos máximos alcanzados este año en relación a los títulos de deuda soberana que fueron más resistentes a los vaivenes de estos primeros meses del año".
Por otra parte, la llegada de nuevos fondos por parte del FMI podría permitir que se salga del cepo antes de lo previsto, lo que definitivamente atraería inversiones extranjeras. O al menos eso piensa Max Ritter, jefe de Fusiones y Adquisiciones para América Latina en Goldman Sachs.
"Los mercados necesitan claridad y certeza de que el capital puede entrar y salir libremente del país, y el Gobierno entiende eso y está trabajando para lograrlo", señaló el ejecutivo, quien agregó que la eliminación del cepo es tan fundamental como las elecciones legislativas de octubre, en las cuales quedará claro qué tanto respaldo tiene el presidente Javier Milei.