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Construir y gestionar una cartera de inversión es una tarea muy compleja que, además, requiere de una sólida administración emocional.

27 Noviembre de 2024 07.40

Armar una cartera de inversión es una de las tareas más importantes que puede llevar a cabo un ahorrista, ya que se trata de la única herramienta que permite hacerle frente a la inversión, incrementar el patrimonio neto y los flujos de fondos pasivos y, por ende, tener una mayor tranquilidad financiera que resulte en una mejor calidad de vida.

Por esta razón, hay que tener en cuenta cuatro variables esenciales antes de proceder con la construcción de un portafolio para no cometer errores que impidan cumplir estos objetivos.

Objetivo de inversión

En primer lugar, es indispensable establecer el objetivo de inversión. No será lo mismo armar una cartera para tener un retiro digno dentro de 30 años que hacerlo para comprarse una propiedad en los próximos 10. Tampoco será igual querer una revalorización del capital porque contaremos con un flujo de ingresos estable que apuntar a conseguir una renta periódica.

Inversiones
 

Determinar para qué queremos invertir permitirá saber qué activos financieros serán los más adecuados. Por ejemplo, para una ganancia de capital, las acciones serán los más idóneos, mientras que, para una renta mensual, los bonos resultarán más convenientes. Y para proteger el capital en épocas de crisis global, el oro podría ser una buena opción.

Horizonte temporal

Además, también hay que contemplar el horizonte temporal. Ciertos activos financieros alcanzan su maduración y máximo potencial al cabo de varios años, como las acciones, mientras que otros incluso tienen fecha de vencimiento, como los bonos.

De esta manera, también podremos gestionar mejor la volatilidad y las potenciales pérdidas porque muchos mercados son eficientes a largo plazo pero ineficientes en el corto.

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Tolerancia al riesgo

Por otra parte, los ahorristas e inversores deben conocer muy bien su tolerancia al riesgo, es decir, cuánto dinero están dispuestos a perder. Si alguien no puede tolerar una caída de su capital del 10%, entonces invertir en activos o criptomonedas sería muy desaconsejable.

Pero si está dispuesto a asumir una pérdida de esta magnitud para generar un mayor beneficio a largo plazo, entonces sí podría optar por activos de renta variable.

Conocimientos

Por último, es fundamental asumir los niveles de conocimientos que dominamos. Construir y gestionar una cartera de inversión es una tarea muy compleja que, además, requiere de una sólida administración emocional. Por estos motivos, si no estamos capacitados o no creemos estarlo, es mejor contactarse con un asesor o planificador financiero, ya que la comisión pagada estará más que justificada.

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