Cuántos dólares se espera que deje la próxima cosecha del campo
Es la gran apuesta de todos los gobiernos argentinos para asegurarse la disponibilidad de divisas. La soja y el girasol vienen bien, pero habrá una fuerte caída en el área sembrada de maíz.

En momentos en que la nueva campaña de maíz ya bajó la bandera de largada para la siembra temprana y lo propio ocurrirá con la soja a partir mediados de octubre y principios de noviembre, los analistas están definiendo sus estimaciones de pre-campaña, con la convicción de que vamos a un escenario con resultados mixtos.

Mientras se espera un incremento del área implantada con soja, girasol y sorgo, hay malas noticias por el lado del maíz que, bajo la amenaza de la chicharrita, verá reducido el área implantada y mucho más fuertemente la cosecha esperada.

Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estiman que la cosecha gruesa (soja, maíz, girasol y sorgo) alcanzará en 2024/25 las 106 Mt (millones de toneladas), 1,5% por debajo del promedio de 108 Mt de las últimas siete campañas.

El que sufrió a la chicharrita, la plaga que afectó al maíz este año generando pérdidas superiores al 10%, busca evitar el riesgo, pasándose a soja o girasol y en menor medida sorgo. Es un razonamiento entendible, considerando que en algunos campos se perdió la totalidad del cultivo y, obviamente, todas las inversiones realizadas.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) presentó el pasado miércoles 25 sus estimaciones en el arranque de la nueva campaña gruesa, destacando que será un ciclo caracterizado por dificultades climáticas, pero también precios bajos a nivel internacional, lo que afectará el resultado económico de la campaña, su aporte en divisas a las reservas al Banco Central y el ingreso tributario del fisco.

"Pese a la recuperación en la producción total, el aporte a la economía se vería reducido, debido a la caída en los precios", señalaron los técnicos del Bolsa porteña.

La producción de los principales seis cultivos, incluyendo los cultivos de invierno (trigo y cebada) y los de verano (soja, maíz, girasol y sorgo) alcanzará los 130 Mt, lo que representa un incremento de 2,6% respecto de la campaña 2023/24.

Se llega a ese número sumando la cosecha esperada de trigo de 18,6 Mt, 23,2% más el ciclo anterior; 5,1 Mt de cebada (+2,0%); a los que habrá que sumar 47 Mt de maíz, con un desplome de -20,3%; 52 Mt de soja (+3,0%); 4 Mt de girasol (+11,1%) y 3,3 Mt de sorgo (+10,0%).

Efecto maíz

"Bajo un pronóstico climático 'Niña débil o Neutro', la amenaza de la chicharrita y una desfavorable relación insumo/producto, se estima una superficie total de 28,25 millones de hectáreas para los principales cultivos de verano", señala el informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Y agrega que este escenario "favorece un notable incremento en la superficie destinada al cultivo de soja y una fuerte caída en la de maíz, principalmente debido al impacto adverso de la plaga en el norte del área agrícola".

Como resultado de esto y pese al incremento en la producción, la baja de los precios internacionales y la relevancia que tiene el maíz en el producto bruto agroindustrial (47%), en la próxima campaña caerá el aporte económico del sector.

La Bolsa de Cereales porteña estima que las exportaciones 2024/25 llegarán a US$ 28.793 millones, una baja de -3,1% versus el año anterior, mientras que el pago de impuestos ascenderá a US$ 13.950 millones (-3,7% i.a.) y el producto bruto agroindustrial trepará a US$ 40.890 millones, un 2,2% menos que en el ciclo previo.

Tomás Rodríguez Zurro, analista de Mercados de la Bolsa de Comercio de Rosario, detalló que las estimaciones de cosecha total llegarían a 143 Mt, confirmando también los temores que hay con el maíz. "El productor está reticente a sembrar tardío en la Zona Núcleo por lo que habrá más siembra temprana", señaló.

Durante la cosecha 2022/23 afectada por la fuerte sequía, quienes sembraron soja y maíz temprano tuvieron importantes pérdidas porque al comienzo de la campaña casi no llovió, mientras que los cultivos tardíos o de segunda "salvaron la ropa", aprovechando algunas precipitaciones que se dieron entonces. Pero el año pasado se revirtió la tendencia, y los planteos tempranos esquivaron a la chicharrita, que apareció luego de verano, afectando y mucho a la siembra tardía.

Señales de precios

En esta encrucijada están los productores, que por estas horas deben decidir qué sembrar.  "Mucha del área que dejará el maíz pasará a soja, y el sorgo y girasol también ganan hectáreas", explica Rodríguez Zurro, quien, sin embargo, advierte que "hay incertidumbre por falta de lluvias". Así y todo, en soja se sembrarían 17,7 millones de hectáreas, 1,3 millones más que en 2023/24, en lo que sería la mayor superficie implantada con la oleaginosa en 7 años.

Tomando el rinde tendencial, que captura la mejora en la tecnología aplicada, tanto en semillas como en procesos, la Bolsa rosarina calcula que la cosecha de soja llegará a los 52/3 Mt. Lo llamativo es que también el maíz tendría una producción similar de 52 Mt, pese a la caída del área sembrada.

La explicación es el rendimiento esperado. Mientras la última campaña se cerró con un rinde promedio de 65 qq/ha (quintales por hectárea) "para 2024/25 tomando el rinde tendencial se llegaría más cerca de 80 qq/ha", anticipó Rodríguez Zurro.

Por su parte, Eugenio Irazuegui, analista de mercados agrícolas de la corredora de granos Zeni, apuntó que las estimaciones de las Bolsas "son algo optimistas" y aclaró que "vamos a tener un 2024 con precipitaciones ajustadas, no un año Niña, pero tampoco normal".

Irazuegui consideró que aún queda una ventana de cinco semanas para la siembra de soja, por lo que el escenario podría variar, especialmente si hubiera novedades en precios, que, si bien están bajos, tuvieron cierta recuperación en las últimas tres semanas.

En su análisis el rebote de los precios se debe a dos cuestiones. Por un lado, el factor Brasil, donde se espera un área sembrada de soja de 45 millones de hectáreas y una producción récord de 165 Mt, pero está sufriendo falta de agua en toda el área central, los estados de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Goiás.

Por el otro, un factor inmanejable como la tasa de interés de Estados Unidos. La última baja de 50 puntos porcentuales que decidió el pasado 18 de septiembre la Reserva Federal de Estados Unidos, dio impulso a los precios de todos los commodities, incluidos los agrícolas.

De haber una nueva corrección en la reunión del Comité de Política Monetaria del 6 y 7 de noviembre podría empujar nuevamente los precios y modificar alguna decisión de sembrar. Muy al filo de la ventana de siembra, cierto, pero es un factor que no se puede descartar.