Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la UBA revela el número que todos estaban esperando en el sector energético: cuál es el impacto de la devaluación en las tarifas de gas y electricidad.
Según el reporte, si el Estado decide no trasladar la cuenta a los hogares, tendrá que afrontar un gasto extra en subsidios de 70.000 millones de pesos (200 millones de dólares) a partir del incremento de costos del sistema por el movimiento cambiario.
“En el caso eléctrico, los costos de generación se encuentran dolarizados en un 80% por lo tanto el traspaso de la devaluación a los costos expresados en pesos no es pleno. Por otro lado, el costo de abastecimiento del gas natural se encuentra dolarizado en un 100% debido a los contratos del Plan Gas.Ar nominados en dólares por lo cual el traspaso a costos expresados en pesos es directo”, dice el IIEP.
En consecuencia, si el Estado se hace cargo del incremento, pasaría a afrontar el 15% de las tarifas eléctricas de los usuarios de altos ingresos cuando tras la segmentación se habían quitado el 100% de los subsidios.
Por otra parte, para los hogares N2 y N3 de bajos y medios ingresos, el Estado aportaría el 89% y 86% del costo mientras que la demanda pagaría solo el 11% y 14% respectivamente. Es decir, 2 y 3 puntos porcentuales de diferencia en cada caso.
Para el gas natural, los precios PIST pagados por usuarios cubren el 51% del costo de abastecimiento de gas para los N 1, el 15% para los N 2 y el 19% hogares N3, cobertura que bajaría al 42%, 12% y 16%, respectivamente luego de la devaluación.
De acuerdo a lo comunicado por fuentes oficiales, en los próximos días se anunciará un ajuste adicional, pero solamente para la categoría N1. Por lo cual, el Estado asumirá un gasto extra para cubrir el salto de los usuarios de los segmentos bajos y medios.
Una cuenta interesante al respecto es medir el peso de las tarifas sobre los ingresos de la población. Para los usuarios N2, el peso de los servicios energéticos en agosto representará el 5,3% del ingreso del segmento. Mientras que para los usuarios N 1 y N 3 representarán el 1,8% y 2,5% del ingreso respectivamente. A su vez, debido al mayor consumo estacional por el invierno, los usuarios de menores ingresos del AMBA tendrán una carga en el salario más elevada que los restantes, esto es hasta 3,2 veces más que los usuarios de altos ingresos y hasta 2,4 veces más que los usuarios de ingresos medios.