¿Cuánto falta para llegar con gas a Brasil tras la reversión del Gasoducto Norte?
La inauguración de la obra representa un paso más hacia el objetivo de exportación, pero todavía hay que superar varios cuellos de botella.

Inaugurada la primera etapa de la reversión del Gasoducto Norte, el gas de Vaca Muerta está un paso más cerca de llegar a Brasil, pero todavía hacen falta varias obras más para consolidar un nivel interesante de exportaciones en firme.

En un acto político más parecido a la idiosincrasia del Gobierno anterior, la plana mayor del Poder Ejecutivo se hizo presente en la localidad cordobesa de La Carlotta para cortar la cinta de una de las pocas obras públicas que no se paralizaron con la llegada de Milei.

En los hechos, se construyó un caño de 120 kilómetros y una serie de loops que facilitarán la llegada de gas neuquino a Córdoba y el NOA. Esta primera fase abastecerá a esta región con 15 millones de m3/d que alcanzan solamente para la demanda de verano. Aun así, representa una sustitución de importaciones del orden de 1.000 millones de dólares al año al suspender las compras de gas de Bolivia, que cada vez exigía un precio mayor por el declino de su producción.

El objetivo es concretar la reversión de las plantas compresoras que faltan antes del mes de mayo del 2025 para sumar otros 4 millones de m3/d y poder satisfacer la demanda invernal. En consecuencia, sólo habría excedentes de exportación durante los meses más cálidos, ya sea hacia el norte de Chile o Brasil, donde 4 petroleras ya consiguieron permisos de ventas.

"Posiblemente sea la última obra que financie el Estado Nacional porque el sector privado está dispuesto a hacer las inversiones en obras que tienen todo el sentido económico como ésta. Es la primera de muchas obras en gas, petróleo y energía eléctrica", celebró el secretario de Coordinación, Daniel González.

Para poder llegar a la frontera con un flujo mucho mayor, es necesario solucionar dos cuellos de botella puntuales. El primero es la evacuación de origen desde la cuenca neuquina, donde TGN propone un cambio en la segunda etapa del GPNK para unir directamente esta zona con La Carlotta, lo cual tendría un costo de 2.000 millones de dólares.

El segundo punto a solucionar es el aumento de capacidad de reversión del Gasoducto Norte para llegar a entre 25 y 30 millones de m3/d. Según los cálculos de TGN, si a estos 19 MMm3/d se le suman 6 MMm3/d adicionales, se necesitarían 300 millones de dólares de inversión. En cambio, con 10 MMm3/d, haría falta un desembolso de 500 millones.

Acto de inauguración de la reversión del Gasoducto Norte

"El cálculo que hacemos es que podríamos llegar a Brasil con entre 10 y 15 millones de m3/d en condición de firme para el mercado industrial, lo que podrían ser más de 1.000 millones de dólares anuales en términos de exportación. Si bien no es un número tan grande, generaría que la balanza comercial con el país vecino pase de un déficit estructural a un superávit estructural", indicó a Forbes un empresario petrolero.

El punto crítico es que en la industria hay una gran desconfianza hacia Bolivia y se teme que cambie las reglas de juego con un encarecimiento del peaje que pretenden por utilizar los caños que pasan por su territorio. 

Ahí es que muchos evalúan la posibilidad de pasar por Paraguay, lo que a priori sería mucho más costoso por la necesidad de hacer un nuevo caño. "Paraguay está muy entusiasmado, es un país mucho más confiable y dice que consigue el financiamiento", explicaron desde una empresa que se reunirá con las autoridades del Gobierno paraguayo.

El último de los caminos para llegar con gas firme para la industria sería la vía Uruguayana - Porto Alegre, un caño de más de 500 km que demandaría una inversión de 1.600 millones de dólares. Por eso, también es una opción que hoy en día corre de atrás.

Otra de las alternativas que evalúa el sector es la exportación de GNL y no de gas natural, proyectando una puesta en marcha de la planta de PAE y Golar en Río Negro para el 2027. La salvedad de este camino es que no serviría como exportación en firme para la industria, sino como back up para el segmento de generación eléctrica. Con lo cual, sería una demanda inestable que dependería del régimen de lluvias de cada año.