A diferencia de lo que sucede en otros países con mercados más desarrollados, en Argentina, los ahorristas confían en los depósitos a plazo fijo de los bancos para colocar sus ahorros mensuales y así obtener una determinada rentabilidad porque creen que es negocio. No obstante, solo en algunas circunstancias en particular esta alternativa financiera podría otorgar atractivos beneficios.
En busca del beneficio real
A día de hoy, según las últimas modificaciones del Banco Central de la República Argentina (BCRA), los depósitos a plazo fijo rinden un 46% de tasas nominal anual (TNA) y un 57,1% de tasa efectiva anual (TEA), es decir, reinvirtiendo constantemente las ganancias mensuales.
A simple vista, obtener más de la mitad de el capital inicial colocado en solo un año resulta tentador, pero el poder adquisitivo solo se incrementa si el dólar crece a un menor ritmo, lo cual no siempre es así.
En el corto plazo, observar la economía en pesos puede resultar sensato, pero, en el largo plazo, producto de la elevada inflación local que distorsiona las estadísticas, se debe estudiar la realidad con la divisa estadounidense en mente.
Por ejemplo, en enero de 2020, los bancos pagaban un promedio del 37% de TNA por los plazos fijos. Esto quiere decir que $ 100.000 habrían retornado un total de $ 137.000.
Sin embargo, en ese periodo de tiempo, el dólar MEP o dólar bolsa, el tipo de cambio libre de referencia, creció frente al peso alrededor de un 91%.
Como resultado, los $ 137.000 de finales de 2020 conseguidos gracias al plazo fijo equivalían a US$ 978, cuando solo los $ 100.000 en enero representaban US$ 1.369. Básicamente, se perdió más de un 30% en dólares.
¿Cuándo conviene hacer un plazo fijo?
Como se puede suponer, el momento ideal para hacer un plazo fijo es cuando el dólar baja o lateraliza, como sucedió en octubre del 2020 con el blue.
En aquel entonces, tras un violento aumento de casi el 49% en poco más de un mes, el billete marginal se conseguía por $195. Posteriormente, para sorpresa de muchos, el tipo de cambio paralelo se desplomó un 24% en solo 18 días. Contemplando los 30 días posteriores al máximo, la caída fue del 17,5%.
En ese momento, los bancos ofrecían depósitos a plazo fijo a cambio de una TNA del 32% (2,66% al mes). Esto significa que, de haber hecho un plazo fijo en el pico, la rentabilidad en dólares tras un mes hubiera sido de aproximadamente un 24%:
En octubre de 2020, con un dólar de $ 195, $ 100.000 eran equivalentes a US$ 512. Al cabo de un mes, el capital y los intereses de un plazo fijo sumaban $ 102.660, pero el dólar costaba $161, por lo que el inversor podía comprar US$ 637. De esta forma, conseguía un retorno real de alrededor de US$ 124, lo que se traduce en una rentabilidad del 24% en dólares.
Ahora bien, ¿se puede predecir la baja del dólar? Conocer el futuro exacto de la cotización de un activo es imposible, pero sí se puede estimar conociendo el mercado y cómo se comporta.
Muchos experimentados operadores de la city expresan que, cuando los precios se aceleran exageradamente, adoptando un ritmo de burbuja, quiere decir que más temprano que tarde habrá un recorte. La clave está, entonces, en tener el coraje para vender los billetes en ese momento y poner los pesos a hacer tasa en el plazo fijo.