Las acciones de Intel (NASDAQ: INTC) subieron casi un 6% en la sesión del lunes y ganaron otro 8% en las operaciones posteriores al cierre, llevando el precio de las acciones a alrededor de 22 dólares por acción. A pesar de este aumento reciente,sus acciones aún se encuentran más de un 50% por debajo en lo que va del año. Este repunte se debe a la noticia de que aseguró un contrato de manufactura con Amazon para su negocio de fundición, donde diseñará y producirá conjuntos de chips personalizados de inteligencia artificial (IA) para la división de nube de Amazon, AWS.
Intel fabricará el "chip de tejido IA" especializado para Amazon utilizando su proceso de manufactura 18A, que es la tecnología de fabricación de chips más avanzada de la compañía. Además, la compañía tecnológica también indicó que podrían venir más diseños de chips de AWS, incluyendo versiones que aprovecharán los próximos procesos 18AP y 14A de Intel.
Por separado, Bloomberg informó el viernes pasado que Intel recibió 3.500 millones de dólares en subvenciones del Pentágono para fabricar chips para el ejército de los EE.UU., aunque empresa no comentó nada sobre este tema. Estos nuevos contratos presentan una gran oportunidad y si la compañía ejecuta bien sus planes de fundición y entrega nuevos chips de CPU y GPU competitivos, sus acciones podrían triplicar su valor. Por otro lado, si no cumple con sus expectativas, las acciones podrían bajar hasta los 10 dólares.
Un desempeño volátil
Las acciones de INTC cayeron en el último período de tres años, y la caída fue todo menos consistente, con rendimientos anuales mucho más volátiles que el S&P 500. Los rendimientos de las acciones fueron del 6% en 2021, -47% en 2022 y 95% en 2023.
Con el entorno macroeconómico incierto, marcado por las reducciones de tasas de interés y múltiples conflictos bélicos, es posible que Intel enfrente una situación similar a la de 2021 y 2022 y vuelva a tener un desempeño inferior al S&P en los próximos 12 meses, o bien, que logre una recuperación.
El desafío de Intel en el mercado de chips
Durante años, Intel enfrentó la creciente frustración de los inversores a medida que perdió participación de mercado frente a AMD en los sectores de PC y servidores. Además, la industria cambió de las CPU a las GPU, especialmente en la era de la inteligencia artificial generativa, donde las GPU están mejor equipadas para las tareas computacionales intensivas que requiere la IA.
Los recientes éxitos con Amazon y el Pentágono podrían marcar un punto de inflexión para Intel, ya que la inteligencia artificial generativa domina la narrativa en los mercados de computación y semiconductores. El acuerdo con el gigante del comercio electrónico, en particular, es visto como una fuerte señal de confianza en las crecientes capacidades de fabricación de chips, dado que AWS es el mayor proveedor de servicios de nube pública.
El negocio de fundición de Intel, que estuvo en el centro de sus dificultades, quedó rezagado respecto a competidores como Taiwan Semiconductor Manufacturing y Samsung. Los intentos de la tecnológica por recuperar el liderazgo en la fabricación de chips fueron muy costosos y se vieron obstaculizados por errores en el diseño y la manufactura. De hecho, tuvieron que externalizar la producción de algunas de sus últimas CPU a TSMC. En 2023, el negocio de fundición reportó una pérdida operativa de 7.000 millones de dólares sobre ingresos de 18.900 millones de dólares, lo que destaca la magnitud de los desafíos que enfrentó.
El futuro del negocio de Intel
Mucho del futuro de la hoja de ruta de manufactura de Intel depende del éxito del nuevo proceso 18A. Si bien se espera que la producción comience en 2025, la empresa anunció a principios de agosto que alcanzó hitos críticos, señalando que los chips fabricados con este proceso ya estaban operativos y arrancaron Windows.
Una vez que Intel haga la transición de sus chips más recientes para servidores y PC a este nodo de proceso, eliminando la externalización de chips a TSMC, podríamos ver mayores tasas de utilización, lo que ayudaría a reducir costos. Además, Intel indicó que se espera que el primer cliente externo de la fundición pase a la etapa de manufactura con el nodo 18A en la primera mitad de 2025, lo que también podría impulsar los ingresos de Intel en cierta medida.
Uno de los principales desafíos para Intel será cumplir con las expectativas de rendimiento de producción a gran escala. Sin embargo, hubo señales alentadoras. La compañía indicó recientemente que el proceso de producción lograba una densidad de defectos de 0,4. La densidad de defectos se refiere al número de defectos presentes por unidad de área en una oblea, y una métrica de menos de 0,5 defectos por centímetro cuadrado se considera favorable. La tecnológica aún tiene un par de trimestres antes de que la tecnología de producción entre en la etapa de producción en masa, lo que significa que podría mejorar aún más la tecnología.
Creemos que la valoración de Intel es razonable, con las acciones cotizando a aproximadamente 20 veces las ganancias de consenso para 2025. La compañía se está tomando mucho más en serio la reducción de costos. La empresa tiene la intención de recortar más del 15% de su fuerza laboral, lo que podría suponer más de 15.000 despidos, y busca reducir los costos en hasta 10.000 millones de dólares para el próximo año. Esto podría ayudar a gestionar los resultados de la compañía en los próximos trimestres, a medida que su próxima ola de apuestas en CPU, GPU y fundición comiencen a dar sus frutos.
Valoramos las acciones de Intel en aproximadamente 30 dólares por acción, muy por delante del precio actual de mercado de 22 dólares (basado en el precio antes de la apertura del martes). Nuestra valoración sugiere que podría haber una recuperación significativa para esta compañía en el horizonte.
*Con información de Forbes US.