Varios estados disminuyeron o revirtieron la decisión de reabrir sus economías. Si la economía se ve dañada seriamente, eso golpeará a la Bolsa, que estaba en pleno crecimiento, anticipando que dentro de todo la situación está en un alza positiva.
Las preocupaciones son genuinas, pero el crecimiento de los casos reportados no detendrá la recuperación a nivel nacional; la demorará en algunos lugares, pero no la frenará.
Hubo movimientos importantes para aflojar las restricciones, y por lo tanto la actividad económica está subiendo. Lo vemos, por ejemplo, en la creciente actividad manufacturera y en el inesperado declive rápido del desempleo.
Obviamente sectores como restaurantes, bares, teatros, parques temáticos y aerolíneas quedarán dolorosamente relegados, pero la economía en general seguirá expandiéndose.
El sorpresivo incremento en casos nuevos de COVID-19 proviene primordialmente de testeos más extensivos y de personas, especialmente las más jóvenes, que se creen inmortales, juntándose socialmente sin el uso de barbijos.
La mayor cantidad de testeos muestra que la tasa de mortalidad por COVID-19 es aproximadamente de uno en 400, y no es ninguna sorpresa que la mayoría de los casos fatales se da entre personas mayores y aquellas con enfermedades preexistentes.
La reacción de la Bolsa ha sido positiva debido a la creencia de que la recuperación económica no será afectada seriamente; también ayuda el progreso en la lucha contra esta enfermedad. Por ejemplo, Regeneron Pharmaceuticals anunció que está comenzando con el testeo avanzado de una droga para el COVID-19. En total, actualmente, hay 260 tratamientos en estudio. Se están desarrollando 179 vacunas, y 17 están en la etapa de testeo clínico.
Lo que es más probable que impacte en las acciones al ritmo del recalentamiento de la campaña electoral es la duda acerca de con qué tipo de ambiente económico nos encontraremos el próximo enero.
Extraído de What's Ahead, el nuevo podcast de Steve Forbes. Disponible en iTunes y GooglePlay Store.