Las reservas netas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) son negativas en al menos US$7.500 millones y, de continuar la sangría como hasta el momento, llegarán a las PASO con un rojo de al menos US$10.000 millones. La posibilidad de un adelanto de desembolsos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) quedó prácticamente descartada, por lo que esa situación volvió a poner en discusión dentro del Gobierno la posibilidad de otorgar nuevo dólar soja para incentivar las liquidaciones de un sector que aún puede aportar US$5.300 millones. El mercado de granos se paralizó en las últimas horas ante los rumores de la vuelta del tipo de cambio diferencial. El ministro de Economía, Sergio Massa, busca un puente que le permita superar las elecciones primarias sin sobresaltos en el mercado cambiario tras el impacto en las cuentas que generó la sequía.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) destacaron que los flujos de la autoridad monetaria en el mercado de cambios seguirán en negativo si es que no hay un alivio por el lado de las negociaciones con el FMI o se aplica un nuevo incentivo para la exportación del complejo sojero. Es por eso que proyectaron dos escenarios para los próximos meses: uno en base al supuesto de que no se llegue a un entendimiento con el organismo y otro en el que llegue solo el giro pendiente para junio por US$4.000 millones. Aunque esos recursos se consumirían casi todos para afrontar el vencimiento de capital por US$2.667 millones a finales de julio y de intereses por US$812 millones del primero de agosto.
En concreto, PPI estimó que en el primer escenario las reservas netas del BCRA llegarán al viernes 11 de agosto, previo a las primarias, en US$13.391 millones mientras que en el segundo caso el rojo sería de US$9.341 millones.
En otras palabras, el BCRA estaría endeudándose con algún acreedor por ese monto, pero no significa que carezca de poder de fuego para intervenir tanto en MULC como en los dólares financieros. Es probable que, para evitar escenarios de estrés mayor, post elección se ajuste más el cepo cambiario. Las consecuencias serían, ceteris paribus el resultado de la elección, una ampliación de la brecha cambiaria y un recalentamiento de la inflación, advirtió la consultora.
En ese marco, en las últimas horas trascendió que el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, evalúa un nuevo tipo de cambio diferencial en torno a los $350 para las exportaciones de soja. También se analiza la posibilidad de encarecer las importaciones con la aplicación de percepciones de Ganancias. Ambas medidas habrían sido consensuadas con el FMI e implicarán que el próximo Gobierno cuente con menos recursos fiscales y de dólares en el comienzo de su mandato.
De todos modos, ambas medidas estaban previstas en la última revisión técnica que realizó el Fondo en abril como mecanismos para aumentar exportaciones, fortalecer reservas y mermar la sangría de divisas. Al respecto, el documento técnico de esa evaluación consignaba: Las acciones buscarán fortalecer la balanza comercial a través de la aplicación de un tipo de cambio diferencial durante abril-junio para un conjunto de exportaciones primarias de soja y otros productos de economías regionales (Dólar agro) e importaciones, especialmente turismo y servicios de transporte.
Pero en estos meses solo se avanzó en la primera parte del paquete, ya que un encarecimiento de las importaciones tendrá como resultado un impacto en la inflación. Ese panorama no luce deseable de cara a un proceso electoral.
El operador de granos y jefe de research de romano Group, Salvador Vitelli, comentó que los rumores generaron una paralización en el mercado. Desde que terminó en mayo el dólar soja 3 que hay pocas operaciones y solo de maíz. Ahora directamente no hay movimiento ni precios. Se habla de que la soja quedaría afuera, pero que serán incluidos maíz, girasol y sorgo entre otros. Sin duda habrá presión sobre la inflación se se avanza en ese sentido, dijo el economista.
En tanto, PPI calculó que restan comercializar 9,7 millones de toneladas de soja de la campaña pasada, equivalente a US$5.290 millones. De maíz quedan 16,3 millones de toneladas por un equivalente de US$3.505 millones.
Es decir, en caso de que se implementen ambos, el BCRA podría captar un potencial de casi US$8.800 millones, aunque considerando que el último dólar soja tuvo un share de compra de 29%, podría esperarse que adquiera alrededor de US$2.550 millones. No obstante, estamos escépticos de la posible implementación de un tipo de cambio diferencial para el maíz por el impacto que generaría en los precios internos de cara a la contienda electoral. Por ende, el potencial de compra podría reducirse a US$1.530 millones considerando sólo un eventual tipo de cambio diferencial para el complejo sojero, concluyó la consultora.