Una de las prioridades que se había fijado la administración Milei había sido el ordenamiento de precios relativos, es decir, las diferencias entre el valor un bien o servicio y otro que, muchas veces, presentaban enormes distorsiones y se ubicaban o muy por arriba o muy por debajo de otros países.
En general, estas diferencias se generaban por una excesiva regulación, los subsidios, el efecto inflacionario y el sistema impositivo. Los casos más concretos son los de tarifas de servicios públicos como transporte y energía, que sufrieron una fuerte recomposición en lo que va del año.
De acuerdo a un informe de Focus Market, una factura de luz subió, en promedio, casi 1.500% entre diciembre y julio. La de gas lo hizo en 1.650%, la de agua un 428% y el wifi un 365%.
Al compararlo con el precio de un kilo de asado, que subió un 73% en el mismo período, se observa que en diciembre con 2,06 kg de asado alcanzaba para pagar los 4 servicios, mientras que en julio hay que destinar 10,73 kg.
En términos salariales, en diciembre pasado, el trabajador promedio destinaba solo el 6% de su salario para abonar estos servicios, mientras que en julio pasó a pagar el 16% de su sueldo.
“El problema de los argentinos en una economía que no crece son sus ingresos para poder asumir desde el bolsillo de la transparencia de precios libres de mercado", señaló Damián Di Pace, director de la consultora.
Las tarifas de colectivos, por su parte, también tuvieron un incremento muy grande en los primeros meses del nuevo Gobierno. Sin embargo, se mantiene una fuerte diferencia entre las distintas provincias.
En el AMBA apenas se paga el 13% de la tarifa plena y el 63,71% menos del promedio de lo que se abona en el país. En Corrientes se paga el 266% más de lo que se abona en el AMBA, siendo una de las provincias con el mayor gasto mensual del país en colectivo ($39.600).
A pesar de estos ajustes, en los últimos meses se ha decidido suspender los aumentos previstos para priorizar la baja de la inflación, lo que volvió a encender alarmas entre los especialistas.
“Hay una inflación reprimida. Porque se siguen dejando bajo la alfombra ciertos precios relativos que se atrasan. Las tarifas es un caso. Los colectivos, en Buenos Aires, aumentaron en febrero, pero después dejaron de aumentar entonces está de nuevo atrasado. Y está atrasado el dólar. Y eso lo empieza a sufrir la economía. Eso empieza a generar dudas sobre si el proceso de desinflación es sostenible”, explicó la economista Milagros Gismondi en el Forbes Insurance Summit del día martes.
"El problema de las tarifas comenzó como un problema microeconómico y se transformó en un problema macro debido al volumen, en concepto de subsidios, que abona el estado nacional y las provincias", agregó Di Pace.
En el sentido inverso, hay diferentes productos como la ropa, las cubiertas o la electrónica que cuestan mucho más caro en la Argentina que en otros países. En gran parte, por la carga impositiva y por el atraso cambiario acumulado en estos siete meses del 2024 con una inflación corriendo muy por delante del tipo de cambio (75,4% vs 40% en el dólar blue).
“Chile presenta una presión tributaria del 23,9% del PBI (datos del 2022) con un sistema tributario ágil y sencillo que facilita el comercio y la competencia. En cambio, en Argentina para el 2023 la presión tributaria alcanzo el 28,1% del PBI, con un sistema tributario complejo, donde la informalidad es el resultado de este marco regulatorio”, dicen en Focus Market.
De ahí que el cambio de las 4 cubiertas de un vehículo o un celular Iphone 15 pro Max cuestan menos de la mitad en Chile que en Argentina (300 dólares versus 646 dólares y 1558 dólares vs 3.345, respectivamente).