Al regresar de Estados Unidos, el presidente electo Javier Milei pronosticó que Argentina atravesará una etapa de estanflación, es decir que la inflación crecerá y la actividad económica se estancará o incluso caerá. Pero su afirmación no es ninguna novedad, ya que el país está sufriendo de esta escenario desde hace años.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, la inflación más baja de la última década fue del 13% anual y se registró en 2012. Desde ese punto, no hizo más que subir, llegando al 120% acumulado en lo que va de este 2023.
A su vez, de acuerdo a las estadísticas del Banco Mundial, el producto bruto interno a precios constantes de Argentina está prácticamente estancado desde el mismo año: en ese momento era de US$ 580.000 millones y el 2022 cerró en apenas US$ 597.000 millones.
La Argentina está en estanflación, ya que no crece, a la vez que hay una inercia inflacionaria imposible de detener sin un plan de estabilización y reducción fiscal, comentó Walter Morales, presidente y estratega principal en Wise Capital.
"Decir qué va a pasar en 2024 con la inflación y con la actividad económica es como ir al casino. Lo que debemos tener presente es el ciclo económico. Los primeros 4 a 6 meses van a ser de caída en el nivel de actividad y podemos hablar de un piso de 5% en ese período, para recuperar a partir del segundo semestre. La inflación sabemos que va a ser alta, pero el nivel va a estar determinado por el tipo de cambio, el plan y la tasa de interés, indicó.
En este contexto, vale la pena comprender cómo protegerse de este escenario nada desconocido pero al menos ahora blanqueado por el propio próximo presidente.
Para Juan Pablo Irrazabal, asesor financiero en Bull Market Brokers, una estrategia es no usar la tarjeta de débito, sino manejarse con la de crédito. Pateamos un poco los gastos. Siempre que se puedan cuotas sin interés, o incluso con algún interés bajo, va a ser más conveniente, expresó.
De acuerdo al especialista, el dinero que se guarda por posponer los pagos debe invertirse adecuadamente en instrumentos financieros para hacer tasa fija en pesos, cubrirse de una inflación o de una devaluación oficial o que bien estén indexados a los tipos de cambio libres. Ahí captás una ganancia que después te permite pagar la tarjeta y quedarte con una diferencia, relató.
Posteriormente, detalló que luego hay que armar un plan de inversiones integral con pagos en dólares para evitar que la inflación destruya el rendimiento real que se puede llegar a obtener en pesos. Dentro del mercado de acciones se buscan mucho los Cedears, que no tengan mucha exposición al país dado que no va a tener crecimiento, o acciones argentinas de empresas exportadoras que se benefician por tener ingresos en dólares, añadió.
Por su parte, Omar de Lucca, consultor en economía y finanzas, dijo que la gente necesita más que nunca invertir porque el dinero ordinario no alcanza, y más aún en un escenario de estanflación.
Las empresas van a entrar en una crisis de corto plazo económica y luego van a empezar a resurgir nuevamente. Pero hay que pasar la coyuntura de los próximos seis meses, que para un trabajador asalariado va a ser muy duro, porque, si las empresas entran en un periodo de estancamiento, realmente corre mucho riesgo la pérdida de empleo, de empleo formal, sostuvo el experto.
Bajo su punto de vista, ahora es el momento de invertir en economía real y apoyar a las empresas que producen, no a las compañías financieras. Invertir en economía donde se puedan producir las divisas que el país necesita para salir adelante. La gente ya tiene que animarse un poco más a invertir en algo más de mediano plazo y salir de la inversión especuladora que ofrecen los bancos, resumió.