Cómo serán los aumentos de septiembre en tarifas y combustibles
El alza promediará el 4% en un fino equilibrio entre no profundizar el atraso y evitar un rebote de la inflación.

La obsesión del Gobierno por hacer converger lo más rápido posible el número de inflación al 2% mensual al que se ajusta el tipo de cambio, encuentra una fuerte barrera en la necesidad de actualización de precios regulados como tarifas y combustibles.

Fuentes oficiales indicaron a Forbes que la pauta de incremento para septiembre rondará el 4% a fin de encontrar un equilibrio entre la meta inflacionaria y la reducción de subsidios, más ahora que la eliminación del Impuesto País pone en aprietos al superávit fiscal.

Los detalles del aumento que tendrá vigencia desde este domingo primero de septiembre todavía están en proceso de discusión y se resolverán en las próximas horas. Según pudo conversar este medio con partícipes de estas negociaciones, el gas podría subir hasta un 5% y el ajuste se concentrará más en el precio de boca de pozo que en el valor agregado de distribución, un segmento que no recibe subsidios del Estado.

Algo similar sucedería en el plano eléctrico, con una suba promedio del 4% que se repartirá entre transportistas, distribuidoras y generadoras. Nuevamente, estas últimas podrían ser las grandes ganadoras.

El ajuste persigue varios objetivos. En el plano fiscal, se intenta seguir reduciendo el porcentaje de cobertura tarifaria que afronta el Estado que, hasta agosto, rondaba el 60% en electricidad y 70% en gas de acuerdo al IIEP.

De mantenerse constante la pauta cambiaria, a partir del inicio de la primavera se podría observar un fuerte avance en esta materia ya que se combinarán dos factores positivos: la baja del costo del sistema por la suba de temperaturas y la puesta en marcha de una serie de obras que reemplazarán una porción importante de combustibles importados por gas nacional.

En segundo lugar, el aumento busca calmar los ánimos de distribuidoras y transportistas, a las que le habían prometido una actualización mensual en línea con la inflación desde principios de año que finalmente no se cumplió.

Finalmente, en especial en el plano eléctrico, se busca mejorar la remuneración del sector para prepararlo para afrontar un durísimo verano donde todos los actores anticipan un escenario de muchos cortes de luz por la falta de oferta en generación, el cuello de botella en el transporte y las habituales fallas de eslabón de la distribución que se intensifican con las olas de calor.

En materia de combustibles, Forbes pudo saber que la suba de septiembre será similar a la del mes anterior, en un rango de entre el 3% y el 4%, donde un 2% será para acompañar la devaluación mensual y el resto se aplicará al aumento de biocombustibles e impuestos.

Este último punto es el más complejo, ya que mes a mes se profundiza un atraso que le cuesta al Estado unos 200 millones de dólares por mes. De hecho, en septiembre la cifra sería mayor porque justo cae el ajuste del segundo trimestre que, nuevamente, se postergará.

Para tomar dimensión de los números, el domingo debería aplicarse una suba de casi el 20% en naftas solamente para acompañar la evolución impositiva que, por ley, tendría que ajustarse a la inflación.

Así, en vez de aumentar 198 pesos por litro en naftas y 126 pesos en gasoil, los combustibles volverán a tendrán un alza de apenas 10 pesos en el plano tributario.