El mes pasado, Sergio Massa, actual ministro de Economía de la Nación, propuso un nuevo esquema de blanqueo de capitales en el Presupuesto 2023. Además de ampliar la norma ya establecida para la construcción, la propuesta se hizo extensiva a la industria, con el objetivo de que pudieran usar las divisas aún no declaradas en la cancelación de bienes y servicios del exterior.
Bajo esta premisa, se busca incentivar -una vez más- una inyección de capital no declarado al sistema. Para Juntos por el Cambio (JxC) se trata de otra medida que "premia con un blanqueo al evasor", en lugar de a aquellos contribuyentes que sí cumplen.
Con este argumento como bandera, un proyecto del espacio solicita una deducción mensual del Impuesto a las Ganancias por hijo, denominada "Deducción especial para educación". ¿Qué busca esta medida? Además de premiar a los "buenos contribuyentes", propone que los gastos en educación sean deducibles del Impuesto a las Ganancias.
Los detalles del proyecto
Según se aclara en el segundo artículo de la propuesta, el monto de la deducción se fijará en el equivalente 323 UVAS por hijo y por mes, es decir, unos $ 50.000 en concepto de inversiones de los hogares en educación. El importe de la deducción en pesos se calculará en base al valor UVA el último día del mes anterior a la liquidación.
Paralelamente -aclara el artículo 4- el contribuyente que efectúe una sola liquidación anual computará la deducción establecida en esta ley multiplicada por doce (12), tomando como cálculo de la deducción el valor de UVA del 30 de diciembre del año en que se liquide el impuesto.
En diálogo con Forbes Argentina, Martín Tetaz, diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y referente de JxC, explica que la deducción corresponderá tanto al pago de matrículas de colegios, institutos de idiomas y capacitación de todo tipo, así como también a inversiones con fines educativos. Se aplicará el monto deducible en caso de que el contribuyente acredite un gasto mensual o anual en educación por cada hijo menor de 21 años.
"Además de alivio fiscal, lo que haría esta medida en la práctica es bajarle el precio a las inversiones en educación. Si yo estoy pensando que mi hijo estudie inglés, computación, haga un curso de programación o lo que fuere que incremente su productividad, tales como comprarle una computadora, libros, etcétera, tengo un incentivo más grande para hacerla", sostiene el funcionario, y agrega: "Con esta deducción prácticamente una tercera parte del costo se reduce".
Según explica el diputado, la tendencia en el mundo es permitir la deducción de las inversiones. "Uno quiere siempre cobrar impuestos sobre el flujo, no sobre el stock. Es un principio básico de las finanzas el hecho de mantener el capital que genera la renta. Y, si nosotros podemos mantener el capital o incrementarlo, la clave para eso es la inversión. Es el mecanismo a través del cual ese capital crece", explica Tetaz a Forbes Argentina.
"Se trata de un mecanismo que prevalece en los sistemas tributarios más importantes del mundo" refuerza el funcionario. "En la Argentina, incluso, la última reforma tributaria del gobierno anterior, en el año 2017, había bajado fuertemente el impuesto a las Ganancias para aquellos montos que las empresas reinvertían", completa.
Y esa tendencia a la baja de impuestos se ven también ahora, dice Tetaz. "El gobierno actual tiene varios proyectos de tecnología del conocimiento y la información, de investigación en ciencia y tecnología, que están dando vueltas por el Congreso y algunos ya fueron tratados, que van todos van en esa línea: de permitir que las inversiones sean deducibles rápidamente de impuestos y, de esa manera, tenga un incentivo tributario".
Y da también el ejemplo de la ley del sector automotriz recientemente aprobada en Diputados y que "también sigue esa corriente: que las inversiones de la industria puedan deducirse de Ganancias".
La educación como inversión es uno de los resultados de la literatura científica en economía más probados y donde hay menos debate. Martín Tetaz pone como ejemplo al Premio Nobel de Economía, James Heckman, quien fue reconocido justamente por calcular cuál era la tasa de retorno social de las inversiones en educación.
"Tiene una tasa de retorno de dos dígitos, entre el 10% y el 13%, siempre muy superiores a los de cualquier otra inversión en capital físico", enfatiza el congresista. "Además -refuerza-, esta idea de la educación como un capital humano también tiene sus años en la economía. No es una idea nueva".
Hay otros Premios Nobel de Economía que también han tratado el tema del capital humano como, por ejemplo, Gary Becker, premiado básicamente por las investigaciones en capital humano. "Becker fue uno de los que más escribió e influyó en la literatura que vincula la educación con el aumento de la productividad de la sociedad", aclara el referente de JxC.
El proyecto lleva las firmas de los diputados nacionales Pablo Torello, Rubén Manzi, Anibal Tortoriello, Gerardo Cipolini, Danya Tavela, Gabriela Brouwer De Koning, Ana Clara Carrizo, Marcela Antola, Susana Laciar, Omar De Marchi, Laura Castets, Sofía Brambilla, Lidia Ascarate, Florencia Klipauka, Alejandro Finocchiaro, Ana Clara Romero, Ingrid Jetter y Carlos Zapata.