No hay ganancias sin riesgo, eso está claro, define Daniela Castaldo, CEO de Santander Asset Management Argentina. Hay inversores que, por sus altos niveles de riqueza o amplio conocimiento de mercado, pueden tolerar mayor volatilidad y hasta pérdidas de capital, dice la ejecutiva, y puntea para esos inversores los bonos soberanos en dólares y las acciones locales. La deuda soberana la encontramos en paridades debajo de los 40 centavos y las acciones en niveles históricamente bajos. Una combinación de acumulación de reservas y un acercamiento al FMI podría llevar esos activos a niveles mucho mayores. La potencialidad de los retornos, si se concreta ese escenario, es alta, define Castaldo.
Sabrina Corujo, directora de Portfolio Personal Inversiones (PPI), cuantifica caídas y rendimientos: los bonos soberanos en dólares volvieron a marcar nuevas bajas, con un riesgo país en máximos en torno a los 1.510 puntos. Así, los títulos ley extranjera vieron caídas promedio del -5% en febrero, cotizando con rendimientos cercanos al 17,3% y paridades del 36%. Volvieron a niveles prereestructuración, donde necesitan un driver importante para volver a niveles más 'lógicos', por lo menos encima del 40% de paridad ?avanza?. En ese contexto, los niveles de TIR en toda la curva son muy altos, con tasas que se ubican entre el 16% y 20% en un mundo de tasas cercanas al 0% y 1%, y en desproporción con los países de la región.
Luciano Maria, CEO de Itaú Asset Management, apunta que recién en el segundo semestre, y con previo acuerdo con el FMI, es posible una recuperación de la curva en dólares soberana que hoy muestra tires del 17% y paridades del 35%: En ese segmento preferimos los Bonares en dólares 2035 y 2041 (AL35 y AL41). En igual sentido, Ezequiel Albertini, de Supervielle Asset Management, señala la deuda soberana para subir un peldaño en el riesgo. Para inversores con poca aversión al riesgo, la deuda soberana en dólares opera en paridades muy bajas, inferiores al 40%. En el caso de un acuerdo con el FMI y señales del gobierno hacia un sendero de consolidación fiscal, seguramente recuperen fuerza. Particularmente preferimos aquellos de legislación internacional.
Merval, en mínimos
En el caso de las acciones, los precios están muy bajos históricamente y, si la economía se encaminara positivamente, tendrían mucho potencial de suba, pero las fluctuaciones son muy elevadas, cuenta Marcelo Otermin, responsable de Inversiones de ICBC.
Mientras al cierre de esta edición empezaban a entrar a la Bolsa los balances 2020 de las empresas, el Merval se movía abúlico en la zona piso por la que se mueve en torno a los 320 puntos medido en dólares. El mercado espera ver el balance de los bancos, que nos dará un pantallazo de la recuperación del consumo y de la economía local, menciona Corujo y agrega: Las negociaciones con el FMI seguirán siendo un driver muy importante, donde los pocos avances empujaron a los activos locales a la baja, junto con un difícil contexto internacional. Desde PPI ven un soporte en los 300/310 puntos tomando el Merval en dólar CCL (contado con Liquidación). Al alza, vemos una resistencia de corto plazo en los 380 puntos, donde necesitamos mejores noticias para volver a esos niveles, dice.
Asumir más riesgo no asegura per sé más y mejores rendimientos en el corto plazo, pero puede permitir capturar la potencialidad que brindan las valuaciones bajas en renta variable con un horizonte más largo. Un inversor que tenga en mente un acuerdo en el FMI durante el año y un efecto positivo del proceso electoral puede elegir nuestra estrategia dinámica, calculada con un nivel de riesgo elevado, que se compone de un 10% en depósitos a plazo fijo, 5% en el fondo Alpha Ahorro, 30% en el fondo Alpha Renta Capital, 5% en el fondo Alpha Renta Capital Pesos, 30% en el fondo Alpha Acciones, y 20% en el fondo Alpha Mega, describe Otermin.
Tanto en bonos como en acciones, se puede invertir a través de la selección individual o de algunos FCI alineados al Merval o a la deuda soberana en dólares. Es importante que el inversor sepa que se trata de colocaciones que deben pensarse para el mediano y largo plazo, no menos de 12 meses.