Tal como afirmó el célebre político Benjamin Franklin en 1789, "en este mundo no hay nada seguro excepto la muerte y los impuestos". Pero lo que no aclaró el padre fundador de los Estados Unidos es que existen estrategias para pagarle al fisco la menor cantidad posible, incluso al gestionar las inversiones.
De acuerdo a Mariano Monferini, contador público y asesor financiero, una de las formas de lograr la eficiencia impositiva es transferir el dinero directamente entre las cuentas de los Agentes de Colocación y Distribución Integral (ACDI), entidades autorizadas por la Comisión Nacional de Valores (CNV) para suscribir y rescatar cuotapartes de fondos comunes de inversión (FCI).
En estos casos, cuando el dinero sale desde los FCI hacia la cuenta bancaria del inversor, no se retiene ni el impuesto a los débitos bancarios ni el impuesto a los ingresos brutos ni cualquier otro tributo descontado desde una transferencia de terceros.
"También con los cheques electrónicos, siempre que el comitente sea el beneficiario, pueden ser depositados en la cuenta del Agente de Liquidación y Compensación (ALYC) para evitar créditos bancarios y el mismo Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias (SIRCREB)", agregó el especialista.
Por otra parte, en el caso de los inversores dueños de empresas que tienen caracter jurídico, podrían realizar las inversiones de largo plazo mediante las cuentas propias porque las personas humanas gozan de muchas exenciones, como en la compraventa de títulos públicos, acciones con cotización, etc. En cambio, las entidades pagan ganancias por todo tipo de resultados.
En esta línea, Abel Cuchietti, contador y asesor de inversiones, aconsejó enfocarse en todos los instrumentos financieros que cotizan localmente y están exentos del impuesto a las ganancias. Además, indicó que, siempre y cuando se haga con prudencia y mediante un bróker con bajas o nulas comisiones, puede ser una opción desarmar posiciones a fin de año para pasar el dinero a las cajas de ahorro que no tributan el impuesto a los bienes personales.
De todas formas, independientemente de la cantidad y tipos de impuestos que haya en el ámbito bursátil, no hay que dejar de invertir, ya que es la única forma de hacerle frente a la inflación, tanto en pesos como en dólares, y de amortiguar el impacto de los otros impuestos que son inevitables y más severos, como los del consumo y los ingresos por trabajo.
"Cuando un monotributista se inscribe y factura, paga alrededor de un 10% del valor facturado entre impuestos, monotributo, ingresos brutos y municipales. A un responsable inscripto, entre IVA, ganancias e ingresos brutos, se le va un 50%. A un empleado le deducen del sueldo un 17-20% en jubilación, cargas sociales, etc. Entonces, cada vez que uno tiene un ingreso, pierde plata. Y si la gasta, está pagando esos impuestos para comprarse el auto, irse de vacaciones, etc. Lo mejor que puede hacer uno es invertir porque la inversión después crece, se gana plata con las inversiones y no se pagan impuestos", detalló Cuchietti.