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Tras la baja de tasas de referencia del BCRA y la inflación cediendo mes a mes, las preguntas que hoy se hacen empresarios PyME y sus gerentes financieros es si conviene tomar un crédito y a qué plazo hacerlo.

9 Septiembre de 2024 08.27

En momentos en que la actividad sigue golpeada, pero empieza a haber indicios de mejora en algunos sectores industriales y de servicios, el acceso a financiamiento a baja tasa de interés y plazos adecuados para apalancar el proceso productivo es clave para los meses que siguen.

Ante esta situación, pequeños y medianos empresarios y los responsables financieros de sus compañías evalúan al detalle los beneficios de tomar un préstamo para capital de trabajo o incluso para equipamiento, bajo el formato de leasing, a la espera de un rebote de la actividad.

Esta duda se profundizó en los últimos días a raíz de la brusca caída del tipo de cambio informal y los financieros (MEP y CCL). Desde el 12 de julio cuando el paralelo tocó los 1500 pesos, la cotización bajó 255 pesos ($1245 tipo vendedor al cierre de esta edición), una baja del 17%.

La incertidumbre tiene detrás dos razones de peso. Por un lado, quien atesoró dólares comprados a un determinado valor se resiste a venderlos a menor precio. Pero, además, es sabido que con el dólar calmo y con tendencia bajista es probable que la inflación se mantenga a raya, en sintonía con la hoja de ruta que fijó el Gobierno en términos de desaceleración de la suba de precios.

Explosión de créditos

En esta lógica hay que leer las palabras del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, quien esta semana aseguró en su cuenta de X que la inflación va a bajar, los impuestos también bajarán, la economía tendrá una recuperación y que "el crédito privado va a explotar".

En materia de financiamiento parte de esto ya se está viendo, y así lo reflejó el Banco Central de la República Argentina en su último relevamiento de préstamos al sector privado, indicando que en agosto registró una suba del 12,4%, aunque esto se debe particularmente a las líneas de consumo para personas individuales.

"Hoy lo único que se mueve es el descuento de cheques o de facturas, si sos proveedor de una gran empresa", asegura en estricto off the récord un industrial con tres plantas de producción en el país y varias décadas de pulsear con la siempre compleja realidad económica argentina. Es la manera más rápida de hacerse de efectivo a un costo razonable.

Aclara, además, que ante la necesidad de sacar un préstamo bancario "la tendencia es tomar deuda a corto plazo, en lo posible no más de 180 días". En medio de la incertidumbre sobre como va a reaccionar la economía las empresas, en especial las pymes, buscan tener deudas manejables o previsibles.

Al asumir el Gobierno en diciembre pasado la tasa de referencia del BCRA estaba en 133% TNA (tasa nominal anual) pero fue descendiendo varios escalones en forma consistente para quedar hoy en 40% anual.

Oferta crediticia

Frente a una inflación mensual en torno al 4% y una acumulada en los últimos doce meses de 263,4%, según dato difundido por el Indec, tomar deuda al 40% anual parece buen negocio. Pero en el sector empresarial las cuentas no son tan sencillas.

"Las líneas más demandadas son los préstamos para inversión, donde financiamos hasta plazos de 72 meses la adquisición de bienes de capital, ampliación de instalación o maquinaria", sostiene José Bandín, director de Banca Comercial de Santander Argentina. Las tasas en este caso se en un rango del 34% al 36%, tasa fija en pesos, dependiendo del plazo y el tipo de producto solicitado. 

En el caso de líneas para capital del trabajo Bandín detalló las más usuales siguen siendo "el descuento de cheques con tasas en el rango del 36/37% hasta 180 días y préstamos en cuotas que van desde el 46% al 50%, dependiendo del plazo que se elija, con un máximo 36 meses". 

El banco hoy atiende a más de 110.000 pymes, ofreciendo asistencia financiera para reconversión energética, con tasas del 30,9% anual y plazos de hasta 72 meses. También líneas para prefinanciación de exportaciones al 2,9% anual en dólares y 180 días de plazo.

"El descuento de cheques es el principal instrumento de financiamiento de las empresas y hoy va de 35 a 48% en bancos privados, dependiendo de la capacidad de las empresas, si son de primera línea o son pymes", indica un empresario del sector químico, que pide reserva de su nombre.

En bancos públicos esa tasa puede bajar al 34% anual, pero se ubica en 29% anual en el caso de las pequeñas y medianas empresas.

En el caso del descubierto en cuenta corriente el costo del crédito va del 41 al 49,5% en la banca privada, tanto para grandes empresas como para pymes y se ubica en 47% en bancos públicos.

En préstamos de corto plazo para capital de trabajo, por ejemplo, a 180 días, la tasa de mercado ronda el 49,5% en entidades privadas y es Badlar + 1% en los bancos públicos. La tasa sube al 51% en bancos privados y Badlar + 2% en los públicos para créditos a 12 meses.

Con pie de plomo

Un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) con datos a septiembre de 2024, asegura que la demanda de créditos del sector privado aumentó notablemente tras la baja de las tasas de interés y agrega que "los bancos tienen prestados $30 billones al sector privado, con un 51% destinado a empresas y un 42% a familias".

Con foco en el crecimiento del crédito destaca que "desde marzo de 2024 a la actualidad, el crédito a empresas y familias ha crecido un 29%, con líneas a empresas aumentando un 10% mensual en términos reales".

"La baja de tasas provocó aumento de créditos por necesidades de inversión que venían relegadas, aunque continúa la incertidumbre por otras cuestiones estructurales que afectan a las Pymes, por lo que para que esta tendencia siga deben atenderse esas cuestiones, como ser la presión fiscal, y en especial la baja en consumo", asegura Alfredo González, presidente de CAME.

Con tono más pragmático otro industrial que pidió resguardar su identidad señaló que "un crédito a seis meses al 49/50% anual parece una tasa interesante, pero con la inflación del 4% mensual tendiendo a la baja, en seis meses por ahí el crédito te queda muy caro. Ni hablar a un año, si se elimina la inflación, como dice que hará el Gobierno".

Es un argumento atendible para empresas que rentabilidades en la línea de flotación miran cómo limar cada punto de su costo. Es lo que pasa también con las líneas de leasing a tres, cinco o siete años, con tasas que van del 29 al 32% anual, en bancos públicos y privados, aunque hay casos en los que se pactan tasas de hasta 47% anual, señalan fuentes del sector.

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