Recibo un flujo interminable de correos electrónicos de investigación de inversiones y noticias en mi bandeja de entrada. La mayoría de ellos no son solicitados, y generalmente los ignoro. Pero un correo electrónico reciente de una firma de investigación respetada despertó mi interés; contenía una plataforma de 60 diapositivas de fascinantes gráficos económicos y de inversión.
La presentación fue fantástica, destacando varias peculiaridades del estado actual de la economía y los mercados en comparación con el pasado. Mi lectura de las diapositivas me hace sentir mejor informado.
¿Pero lo estoy realmente? ¿Qué pasa si toda la información que obtuve de la presentación de diapositivas es contraproducente?
Demasiada información
En 1956, George Miller publicó uno de los artículos más famosos de la historia de la psicología, El número mágico siete, más o menos dos: algunos límites de nuestra capacidad para procesar información. En el documento, el Dr. Miller describió el fenómeno de que solo podemos almacenar de cinco a nueve elementos de información en nuestra memoria de trabajo (o "siete más o menos dos").
La memoria de trabajo tiene una duración de unos diez a quince segundos y contiene información que nos ayuda a pasar de un pensamiento al siguiente y nos permite hacer cálculos rápidos y sucios. Es donde hacemos nuestro pensamiento.
A medida que avanzamos en nuestras vidas, tomando decisiones y adivinando lo que nos depara el futuro, generalmente no pensamos en los límites de nuestra memoria de trabajo.
Por lo general, nos gusta tener más información, no menos. Esto es especialmente cierto cuando se enfrenta a la incertidumbre porque recopilar más información es una estrategia principal para combatir la incertidumbre. Pero poseer más información puede inflar nuestra confianza sin mejorar nuestras habilidades predictivas o de toma de decisiones.
Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Chicago y la Universidad de Toronto evaluaron la capacidad de los fanáticos del fútbol americano universitario para predecir el resultado de los juegos utilizando diferentes cantidades de información.
En el experimento, los nombres de los equipos se reemplazaron con letras (por ejemplo, Equipo A, Equipo B, etc.). En la primera ronda, los fanáticos recibieron seis elementos de información sobre cada equipo y se les pidió que pronosticaran los ganadores.
Esto se repitió durante un total de seis rondas, pero en cada ronda, los sujetos recibieron seis elementos más de información sobre los equipos (es decir, en la primera ronda hubo seis elementos de información, en la segunda ronda doce, y así sucesivamente).
¿Cómo les fue a los fanáticos? Muy bien. Eligieron ganadores alrededor de dos tercios de las veces. Sin embargo, esa tasa de éxito apenas se movió a lo largo de los seis ensayos. Tener información adicional no les dio ninguna ventaja significativa. Sin embargo, lo que sí aumentó con cada ronda fue su confianza en sus predicciones.
Lo mismo sucede en el ámbito de la inversión. Más información conduce a más confianza, pero después de cierto punto impide la capacidad de tomar decisiones. Por ejemplo, un estudio de capitalistas de riesgo encontró que, cuanta más información sobre la empresa se proporcionaba, menos capaces eran de predecir los resultados. Muchos otros estudios llegan a la misma conclusión: buscar más información es contraproducente.
Cómo combatir la paradoja de la información
¿Deberían los inversores evitar todas las noticias e información y tener como objetivo la ignorancia total? No. Pero beber de una manguera contra incendios de información y ahogarnos en datos no es la respuesta. Esto es lo que hay que hacer en su lugar:
Limitar el consumo de noticias financieras
No se necesita saber todo lo que sucede en los mercados y la economía para ser un inversionista exitoso. En lugar de sumergirte en el torrente diario de noticias, intentá limitarte a solo 10 a 15 minutos al día de consumo de noticias. Si eres un gran consumidor de información financiera, esto será difícil porque recibimos un golpe de dopamina (que envía señales de placer al cerebro) cuando asimilamos información, lo que hace que nuestro cerebro anhele más.
Crear un entramado de modelos mentales
Los modelos mentales son estructuras conceptuales que nos ayudan a comprender cómo funciona el mundo. Son fragmentos de conocimiento o sabiduría que archivamos en nuestra cabeza para ayudarnos a tomar decisiones.
Como escribo en mi libro, La solución de la incertidumbre: cómo invertir con confianza ante lo desconocido, los grandes inversores crean un entramado de modelos mentales para ayudarlos a tomar decisiones.
Leer libros sobre inversiones es una excelente manera de adquirir sabiduría de inversión y construir un entramado de modelos mentales de inversión.
Practicar la humildad
Date cuenta de que la paradoja de la información se aplica a vos y no solo a otras personas. Cuanta más información consumas, más seguro estarás de lo que creés que sucederá. Sin embargo, debido a las limitaciones del cerebro, esa información adicional perjudica tu capacidad para tomar decisiones.
Es difícil apagar el ruido que se arremolina a nuestro alrededor y concentrarse en lo que importa; hemos evolucionado para anhelar información. Pero al retroceder, tener una visión más amplia y construir sabiduría de inversión a través de modelos mentales, tendrás menos preocupaciones y, en última instancia, más dinero.
*Con información de Forbes US