1. Si aún no tenés destino ni alojamiento, compará
Estás a tiempo, no seas tonto. Hay muchísimas webs que comparan vuelos, trenes, hoteles? Aunque una opción realmente interesante es alquilar el alojamiento a un particular. Vas a encontrar sitios espectaculares por menos de lo que te cuesta un hotel (¿inconveniente? No te lo dan todo hecho, claro).
Hay grandes ofertas que podés encontrar si buscás un poco. Incluso podés ahorrarte la nafta si compartís coche. ¿Qué más querés?
2. Plan medianamente atado desde casa
Ir a “la aventura” está muy bien en cuanto a planes de ocio se refiere, pero en lo económico es mejor ser cauto. Llevá un plan, una especie de lista por encima de cuánto pretendés gastar en esos días.
Por ejemplo, si vas a un departamento, establecé alquileres máximos. O si querés visitar un par de sitios con entrada, anotá el total de la suma de todos los que van a ser.
3. Mejor dinero en efectivo
Una vez tengas establecido el plan de gastos, sacá en efectivo esa cantidad más un extra para imprevistos. Si llevás el dinero en efectivo, vas a evitar tentaciones, ¿por qué? Al verlo de forma física, somos más conscientes de lo rápido que desaparece de nuestras manos.
4. Dejá a tus hijos que usen sus ahorros para sus caprichos
Las vacaciones son un momento perfecto para enseñar un poquito de economía a los más pequeños de la casa. Si tienen sus ahorros, dejalos que se los lleven.
Si quieren algún capricho especial, dejá que ellos lo paguen. Es bueno que de vez en cuando los niños entiendan el valor del dinero. Y hacerlo en un momento distendido y con buen ambiente como son las vacaciones es perfecto.
*Nota publicada en Forbes España