En su oficina de la Embajada de Francia en Argentina, Claudia Scherer-Effosse tiene -entre otras cosas- un cuadro de Emmanuel Macron y un mate. Aunque prefiera tomar té, esa combinación resume el respeto y el cariño de la embajadora por ambos países, el suyo y el adoptivo.
Estoy casi al final de mi mandato aquí en Argentina, llegué el día de las PASO del 2019, normalmente un embajador de Francia se queda tres años y antes del final si quiere extender la estadía un año más, tiene que solicitar un permiso: tuve mucha suerte porque no hay muchos embajadores que se quedaran cuatro años aquí, muchos se quedaron solo tres. Y también motivé el deseo de quedarme porque me gusta mucho la Argentina, pero también porque pensaba que desde el punto de vista de la relación que un embajador tiene que tener con las autoridades, era más lógico esperar hasta las elecciones para que el que me siga pueda, como yo lo hice en el 2019, empezar un nuevo ciclo, afirma la embajadora en una charla con Forbes Argentina.
-¿Y cómo continúa su carrera?
-Voy a regresar a París a inicios de agosto y como ya son siete años afuera, porque antes de estar en Argentina estuve tres años como embajadora en Estonia, me toca retornar.
Es una regla que normalmente no nos permiten hacer un tercer destino en continuo, tenemos que regresar a Francia para recargar las baterías de lo que es vivir allí, porque nuestro trabajo es representar al país, es conocerlo bien y las cosas cambian hoy en día muy rápidamente. Si bien vamos a Francia, generalmente son viajes muy cortos.
Una de las opciones posibles es que vaya a hacer lo que nosotros llamamos movilidad externa, que es trabajar quizás en una empresa, tengo varios colegas que trabajan en grandes empresas francesas. También el Presidente de la República tiene esa voluntad de hacer que los altos funcionarios hagan experiencias en el sector privado, como él mismo lo hizo, porque estuvo unos años en un banco privado y después siguió su carrera de funcionario.
-La historia del comercio bilateral entre Francia y Argentina es extensa, data de hace muchísimos años. ¿Cómo está hoy el comercio bilateral entre ambos países?
-Es verdad, tiene una historia muy grande y muy larga, la relación bilateral tiene una fuerza histórica desde inicios del siglo XIX, hasta el himno nacional argentino tiene las palabras "libertad", "igualdad", casi "fraternidad", parece anecdótico, pero la verdad es que es algo que nos une desde entonces y nos sigue uniendo, los valores comunes también, así que es un país con el cual Francia se siente muy a gusto en colaborar.
Después, el comercio bilateral tuvo las evoluciones del mundo económico también, por ejemplo este edificio fue construido por los Ortiz Basualdo en 1914 en esa época del auge de la exportación de carne a Europa cuando los terratenientes argentinos eran riquísimos, se decía en esa época "rico como un argentino" en París.
Luego, las cosas se aceleraron cuando se empezó realmente a hablar de globalización. Pero el mercado argentino también tiene la característica me parece de haber tenido siempre una clase media fuerte, y Francia tiene muchas empresas fuertes en materia de producción de alimentos transformados o también en la distribución, por ejemplo Carrefour, presente desde la década del '80.
También Renault tiene una larga historia acá. La marca Peugeot está muy presente en todo el país. Es algo que cuando tenemos visitantes aquí, me cuentan que están impresionados de la proporción de vehículos franceses en Argentina y no sólo en la Ciudad de Buenos Aires, también en los pueblos muy lejanos donde hay modelos y marcas muy antiguos que vemos solo en museos en Francia. Esa es la historia, pero en el mundo automotriz hay también inversión reciente, Peugeot realizó una inversión muy grande dado que inauguró una nueva cadena de producción en 2021.
Así que el comercio bilateral fue también acompañando las características de la economía mundial y la situación también económica de los dos países, de las crisis, de la apertura o de la no apertura, porque la Argentina es un país bastante cerrado al comercio. Y con Francia el intercambio fue de 1.5 billones de euros el año pasado en total, lo que quizás no es menor, pero podría ser mucho más, porque solo representa el 3% o 4% del comercio con toda América Latina, pero se mantiene.
-Y yendo a lo que es Argentina como proveedor de energía a raíz de la guerra en Ucrania: ¿en qué situación está hoy?
-La Argentina como proveedor de energía es un país que se está poniendo en orden de marcha para poder ser proveedor, porque hasta hace poco era un importador de energía. Y hay una empresa que tiene una impronta muy fuerte acá que es TotalEnergies, quizás no es tan conocida como otras porque ellos no hacen distribución de nafta, ese sector que hacen en otros países aquí no lo tienen, pero es el segundo productor de gas en Argentina después de YPF.
El año pasado anunció una inversión con sus socios (que son Wintershall, alemán, y Pan American Energy, argentino), grande en off shore en Tierra del Fuego que se llama el proyecto Fénix, que es una inversión de 700 millones de dólares para ese nuevo pozo de gas. También TotalEnergies tiene unos pozos en Vaca Muerta, fui a visitarlos en noviembre del año pasado y lo que vi allá es impresionante, el rendimiento del pozo es muy bueno.
Después para proveer energía a Europa se necesita una planta de licuefacción que conlleva una inversión muy, muy grande, me hablan de 10 mil millones de dólares, que no está resuelto porque las condiciones de inversión con un país que desgraciadamente está con riesgo país en 2500 es complicado. Pero por eso nosotros apoyamos todo el plan de estabilización económica, porque nos parece que con las condiciones dadas, realmente Argentina tiene mucho potencial fantástico que explotar.
-¿Y de energías renovables?
-En materia de energía renovable, la transición energética y climática es realmente vital en Europa, algo que satura toda la conversación. En eso también Francia y las empresas francesas participaron notablemente del plan RenovAr que hubo durante el gobierno previo y dos empresas, una es una parte de TotalEnergies que se llama Total Eren para energía renovable, que hizo una planta de energía eólica en Santa Cruz, y otra empresa francesa bastante dinámica más reciente y más pequeña, pero que hace inversiones muy importantes, que es Neoen, la cual construyó una planta fotovoltaica en Salta que logró terminarla en la pandemia.
El rendimiento de esa planta es el mejor que tienen en el mundo, ellos tienen inversión en Salvador, en Ecuador probablemente, en otros países en el mundo, pero ese lugar en la Puna es excepcional con el sol que hay ahí, con la pureza del aire, es realmente un lugar extraordinario.
Por eso Argentina es un país de tanto potencial, porque tiene sol extraordinario, tiene vientos, tiene espacios vacíos increíbles. Sin embargo, el otro tema de esos lugares donde se produce la energía renovable tan lejanos de los lugares donde se consume, es que se necesita desarrollar la red de transporte eléctrico y en eso nosotros también participamos, en el mes de octubre la Agencia Francesa de Desarrollo (que es el Banco Francés de Desarrollo) firmó con el gobierno argentino un préstamo de 100 millones de dólares para una parte de ese proyecto de desarrollo del transporte eléctrico. Y esperemos continuar porque es importante que se pueda transportar esa energía renovable hasta los lugares de alto consumo.
Además, el desarrollo para mí más importante del año que acabamos de pasar es la confirmación de la inversión de una empresa francesa en litio también en Salta, que hizo una inversión de casi mil millones de dólares, va a poder empezar a exportar litio ya el año que viene en febrero o marzo del 2024 y es la única empresa europea que lo está haciendo. Esto también es una manera de mostrar que el carácter estratégico de Argentina, que lo tenemos bien en cuenta.
-Relacionado a eso, con respecto al acuerdo que se firmó en 2019 entre la Unión Europea y el Mercosur, Macron ya dijo que no iba a ratificar el acuerdo si Latinoamérica no cumplía con el Acuerdo de París y ciertas pautas medioambientales.
-Sí se terminó la negociación en junio de 2019 por la parte comercial y en 2020 por la parte política, porque es un acuerdo global que tiene los dos aspectos, que eso explica por qué hay que ratificarlo en cada país de la Unión Europea. Y por eso sí hay preocupación, porque una cosa importante de saber es por qué el presidente francés dijo eso, ese acuerdo lo negoció la Comisión Europea y se resolvió 20 años después, entonces lo que figura en el acuerdo no está al día de todo lo que se hizo, todo lo que pasó desde entonces y lo que pedimos es que se pueda encontrar una manera de integrar las preocupaciones del medioambiente.
El Parlamento Europeo acaba de votar una ley sobre la no importación de productos de lugares donde hay deforestación y también hay que pensar que en Europa hay muchas reglas que se imponen a nuestros productores del sector agropecuario (y también industriales) y para esos sectores no sería justo que no pudiesen vender porque entrarían productos que vienen producidos con pesticidas que están prohibidos. Y lo que tengo también que subrayar es que se individualiza mucho a Francia, pero la verdad es que por ejemplo hoy en día el gobierno de Países Bajos tiene un Parlamento que ya dijo que no quería, con un sector agropecuario que es muy fuerte, Austria tiene también una dificultad con eso.
Mientras tanto, por lo que sé, hoy en día estamos a la espera de algo que se está discutiendo o negociando entre los países del Mercosur y la Comisión Europea para ver si se encuentra una manera de aparcar ese tema, sabiendo que la posición de Argentina del gobierno actual a mí me pareció, hablo de mi mandato… yo durante tres años nunca oí hablar de eso, nadie de parte del gobierno estaba pidiéndome mucho ver dónde está, fue con el cambio de presidente en Brasil que se estuvo relanzado el tema, pero ya se están terminando los días de este gobierno… vamos a ver lo que pasa.
-¿Qué es lo que espera Francia para lo que venga en Argentina?
-Bueno, lo que me gustaría resaltar con la situación bastante complicada económica de los argentinos, es que tienden a pensar: "Ay nuestro país nos desespera, cómo nos pueden ver de afuera, y la verdad es que, primero, estamos muy conscientes en Francia (y en Europa en general) que la Argentina es un país que quizás tiene dificultades, pero tiene una democracia que con sus escándalos y todo, tiene elecciones, se cambian los gobiernos, los mandatos, y se respetan. Sí hay dificultades sociales, se acusan los partidos, el tema de la justicia… pero es una democracia fuerte la Argentina y eso para nosotros es importante. Después, lo que a veces nos decimos es "cómo los argentinos son bravos para poder vivir con una inflación como la que tienen, como se manejan, porque en Europa con una inflación de, no sé, 7% más o menos ahora la gente…
-Sale a la calle
-Sale a la calle… no estuvo en la calle por la inflación, fue por otro…
-Fue por la reforma jubilatoria.
-Un poco y un poco. La bronca venía también de la inflación que es algo que habíamos completamente olvidado, los jóvenes nunca conocieron eso, es algo que era del pasado, de antropología. Entonces yo a mis amigos y familia en Francia les decía: Yo sé cómo es vivir en un país con inflación, compren inmediatamente, no esperen.
En Francia en particular no se entró en la negociación salarial, que los precios suben, salarios que suben, estamos tratando de no entrar en esa rueda que después es muy complicado pararla.
Este año de elecciones esperamos dos cosas. Una es que la estabilización de la economía se pueda conseguir, porque quizás parte de la situación hoy de la inflación tiene mucho que ver con la incertidumbre del futuro, cuando uno no sabe lo que va a venir todos los actores económicos toman garantías, y cuando haya al menos las PASO se puede un poco tranquilizar. Y después nosotros esperamos que con el gobierno que venga se pueda proponer un lanzamiento de inversiones y de más previsibilidad en el futuro, la verdad es que el gobierno actual (voy a arriesgarme a decirlo porque es la verdad) no tenía realmente un programa económico.
Esa previsibilidad es algo que esperamos para poder trabajar con Argentina a un desarrollo que se merece y que es muy esperado porque hace ahora diez años que no hay crecimiento en términos reales.
-Dejando de lado los negocios. ¿Cuáles son las políticas de género y de diplomacia deportiva de la Embajada?
-La diplomacia deportiva es una manera también de acercar los dos países, los dos pueblos, y también de acercar la Embajada a la gente para que no parezca sólo un lugar para ministros o miembros del Parlamento, el deporte es algo que nos permite entrar en contacto. Por ejemplo muy poco tiempo después de haber llegado en 2019 montamos un equipo de fútbol femenino en la Embajada porque teníamos un proyecto que ganó un concurso en el Ministerio de Diplomacia deportiva y Solidaria, y fuimos a jugar fútbol en el Barrio Padre Mugica con una asociación que se llama La Nuestra, que también tiene una parte social y de género. Además, tenemos y tuvimos un proyecto, el libro AxB (Amor por el Barrio), un programa de cooperación en la Villa 31. Eso también es nuestra manera de trabajar, nuestra voluntad de tener una embajada bien conectada con el país y sus habitantes.
-¿Y esto se replicó en otras embajadas del mundo, tener un equipo femenino de fútbol, abrir la embajada?
-Sí, abrir la embajada sí. Y también a veces mezclamos las cosas, cada 8 de marzo de mi mandato busqué darle una impronta especial a la celebración, este año fue más enfocado en las mujeres involucradas en la lucha contra la violencia de género, que es un tema muy importante también que queremos que Argentina sea líder en Latinoamérica y adhiera a una convención del Consejo de Europa que se llama Convenio de Estambul, para mostrar que tiene voluntad de luchar, y el 8 de marzo del año pasado (hablando de deporte y género) nuestras invitadas para la noche del 8 de marzo fue el equipo femenino de básquet nacional argentino.
-No pareciera, por todo lo que me relata y todo lo que me cuenta, que haya sido difícil encarar una política de género en Argentina
-No, francamente la Argentina es un país que lidera el camino y comparado con muchos de mis colegas realmente casi no hay dificultad.
Un tema muy importante en el cual Francia y el Presidente de la República Francesa en particular felicitó al Presidente Fernández (porque en eso del lado francés no hay ninguna reticencia) es la Ley de Legalización del Derecho al Aborto, porque sabemos muy bien que fue producto de una movilización de la sociedad civil. También aquí hicimos un ejercicio de Ley Micaela en la embajada, los expatriados no tenemos que implementar las leyes argentinas, pero lo hicimos también con la sociedad civil. El tema de género es un campo de cooperación muy grande.