El anuncio de aranceles del 84 % por parte de China a productos estadounidenses provocó no solo una reacción inmediata en los mercados bursátiles internacionales y en los precios del petróleo, profundizando la tensión entre las dos principales potencias económicas del planeta. También provocó la reacción de Donald Trump que contraatacó y decidió llevar las tarifas al 125% para los productos chinos.
Sin embargo, al mismo tiempo decidió suspender por 90 la aplicación de los aranceles al grupo de 75% que no tomaron represalias y manifestaron la vocación de negociar, entre ellos la Argentina.
"He autorizado una PAUSA de 90 días y una reducción sustancial del arancel recíproco durante este periodo, del 10 %, también con efecto inmediato", posteó en su red social Truth Social. La medida llevó inmediato alivio a los mercados, que iniciaron un rebote tras la publicación del mandatario.
A primera hora del día, el Ministerio de Finanzas de Beijing, había anunciado que la nueva carga impositiva del 84% se aplicará a partir del jueves y se sumará al 34 % anunciado la semana pasada. La decisión desató una nueva ola de ventas y pánico en las bolsas de todo el mundo.
La respuesta no llegó sola. China tomó esta medida luego de que Estados Unidos impusiera un arancel del 104 % a productos chinos, una movida que Washington ejecutó en plena escalada comercial impulsada por la administración de Donald Trump. Beijing lo definió como una acción que "vulnera gravemente los derechos e intereses legítimos de China" y que "perjudica gravemente el sistema multilateral de comercio basado en normas".
A pocas horas del anuncio chino, las acciones europeas retrocedieron con fuerza. El FTSE 100 de Londres cayó 3,4 %, mientras que el Stoxx 600, que nuclea a las principales empresas del continente, cerró con una baja de 4,2 %. El DAX alemán también perdió 3,4 %, mismo porcentaje que el CAC 40 francés.
El impacto no se limitó a Europa. Los futuros de Wall Street anticipaban otro día de pérdidas. El S&P 500 se proyectaba con una caída de 1,6 %, el Dow Jones con un retroceso del 1,7 % y el Nasdaq con una baja del 1,3 %. Antes de la represalia anunciada por China, los movimientos indicaban descensos menores: -0,5 % para el S&P, -0,2 % para el Nasdaq y -0,7 % para el Dow.
Sin embargo, llegó el rebote tras la última decisión de Trump. El Nasdaq Composite subió más del 10%, mientras que el S&P 500 y el Promedio Industrial Dow Jones subieron un 8% y un 7%, respectivamente, recuperándose de una caída en puntos experimentada el lunes y el martes.
Aun así, los principales índices siguen estando significativamente por debajo de donde estaban antes del anuncio de aranceles recíprocos de Trump la semana pasada.
Según cómo cierren los tres índices principales, el Dow Jones y el S&P 500 podrían marcar sus mayores subas porcentuales desde 2020. En tanto, el Nasdaq apunta a su mejor salto desde 2008.
Otro dato: las acciones de Trump Media and Technology Group subieron más de 20% el miércoles por la tarde, y cotizaron cerca de US$ 20, luego de varios días en baja.

Una guerra comercial sin freno
La nueva ofensiva arancelaria profundiza un conflicto que no da señales de pausa. El Ministerio de Finanzas de China acusó a la Casa Blanca de actuar "de forma unilateral e irrazonable", y advirtió que las nuevas tarifas apuntan a "proteger los intereses nacionales y la dignidad del pueblo chino".
En el plano económico, el nuevo paquete de tarifas afecta a una larga lista de productos estadounidenses, aunque el detalle completo todavía no se publicó. De todos modos, el Gobierno chino dejó claro que el objetivo es golpear sectores estratégicos de la economía norteamericana, como la industria agrícola y tecnológica.
La administración Trump había justificado los aranceles del 104 % con el argumento de que China continúa con prácticas comerciales "desleales" y con subsidios que distorsionan el comercio. Pero la magnitud de la respuesta de Beijing expuso el nivel de deterioro en las relaciones entre ambos países, que atraviesan un momento crítico.
Las próximas ruedas bursátiles mostrarán si los inversores comienzan a asumir este escenario como el inicio de una guerra comercial prolongada. Por ahora, el miedo a una desaceleración sincronizada de las grandes economías ya se instaló, y los indicadores lo reflejan en tiempo real.
Antecedentes
Trump anunció aranceles contra unos 180 países la semana pasada, con la intención de incentivar la manufactura en EE.UU.. Tras el anuncio, los mercados globales bajaron con fuerza y el mercado de acciones estadounidense mostró un nivel de volatilidad que no se veía desde la pandemia de COVID-19.
Antes de la decisión, varios economistas ya advertían sobre la posibilidad de una recesión, justo cuando la economía estadounidense se preparaba para la entrada en vigencia de los aranceles. Para el martes, el Dow Jones había caído 12%, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq acumulaban bajas del 13% y 14%, respectivamente.
Trump no dio señales de querer retroceder con la medida a comienzos de esta semana. Ante los periodistas, aseguró que no pensaba en una pausa, aunque sí mencionó su intención de negociar acuerdos comerciales "únicos" con los países alcanzados por los aranceles.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien encabezará las negociaciones con más de 75 países, afirmó el miércoles que las conversaciones "tomarán algún tiempo" y "serán a medida". Algunos de los países que ya manifestaron su interés en negociar son Japón, Israel, Corea del Sur, el Reino Unido, Australia, entre otros.