Los Cedears o Certificados de Depósito Argentinos, los instrumentos financieros que representan acciones del exterior y cotizan localmente tanto en pesos como en dólares, ganaron una sorprendente popularidad en los últimos años.
Debido a que permiten evadir el riesgo accionario local, muchos inversores argentinos confían en ellos para incrementar su patrimonio en el largo plazo, pero solo de manera superficial y sin una clara estrategia.
A continuación, tres claves a tener en cuenta para invertir exitosamente en Cedears y no fracasar en el intento.
La importancia de los objetivos
Antes de lanzarnos a comprar todo tipo de Cedear que cotice en el mercado, es importante determinar los objetivos personales para adquirir empresas cuyas características sean compatibles.
Carlos Escalera, asesor financiero en Finbez, ejemplificó este principio mencionando el caso de un inversor conservador que necesita una renta mensual para pagar gastos fijos. En esta situación, comprar Cedears que repartan dividendos frecuentemente podría resultar interesante.
En contraposición, indicó que, si un inversor es muy joven y puede vivir de su sueldo, centrarse en Cedears que distribuyan periódicamente los beneficios en lugar de enfocarse en compañías de crecimiento que los reinvierten no sería lo más conveniente.
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Precio no es valor
Por otro lado, para invertir exitosamente en Cedears, es necesario saber que precio no es valor. Si las acciones de una empresa caen un 30% en poco tiempo y llegan a estar “baratas” en comparación con los máximos anteriores, no significa que se trate de una oportunidad rentable.
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Y viceversa: que una compañía esté en máximos históricos y creciendo desenfrenadamente no quiere decir que sea excelente y que continuará subiendo en el futuro.
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De acuerdo a Escalera, se debe entender el negocio al que se dedica la compañía y observar sus múltiplos, ratios que comparan el precio de mercado con algunas métricas financieras como las ventas, los ingresos, la deuda, etc.
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“Hay que ver los múltiplos, hay que intentar entender cómo está el negocio de la empresa y a qué apunta”, expresó el asesor, quien agregó que “comprar porque (una acción) ha bajado 50%, 60% o 70% sin entender bien por qué bajó o por qué estaba en esos precios” demuestra una falta de análisis.
El riesgo está en la cantidad
A su vez, el especialista enfatizó en que el riesgo no se encuentra tanto en los activos que se adquieren, sino en la cantidad. Por ejemplo, los Cedears de The Coca-Cola Company son muy estables, y reparten atractivos dividendos, pero vender la casa y colocar el 100% del patrimonio en estos activos sería extremadamente peligroso.
Lo mismo sucede con inversiones más volátiles. Los fondos cotizados que replican la evolución del litio o de las compañías vinculadas a la tecnología 5G son muy volátiles, pero si se destina solo un 3% del capital total, el riesgo es muy bajo.
Sabiendo esto, se puede administrar una cartera con mucho efectivo y bonos para mantener la estrategia conservadora, pero sin sacrificar el potencial de la renta variable.
