Caputo niega devaluación y contiene al dólar pero en el mercado se abre una nueva brecha
La negociación con el FMI, el atraso cambiario y las condiciones para levantar el cepo suman presión en un año en el que las elecciones, como es habitual, generan una tensión adicional. Qué marcan los futuros del dólar.

En medio de la negociación con el Fondo Monetario, el Banco Central puso en marcha el rebaje del crawling peg (ritmo mensual de devaluación) al 1%, no sólo en sentido contrario a lo que sugiere el organismo para alcanzar un acuerdo sino también a las presiones sobre la moneda en el mercado internacional. Esas presiones, producto mayormente de la orientación que le imprime Trump a la política económica de su país, impactan en la Argentina. Se conjugan con factores locales que, como era de esperar, predisponen al mercado a dudar de la estabilidad cambiaria. "El mercado está un poco más inquieto que antes y las noticias de nuevas tarifas por parte de Trump, ponen un capa más de incertidumbre", opinó Nicolas Cappella, analista del Grupo IEB.

 Aunque nadie prevé un salto brusco, sí anida entre los inversores la presunción de que tarde o temprano, finalmente el Gobierno corregirá el atraso cambiario. 

Ese "tarde o temprano" tiene instancias claramente identificadas: acuerdo con el FM y las elecciones de octubre. La expectativa durante las últimas dos semanas -que quedó lejos de plasmarse en la realidad- de un inminente anuncio alimentó la demanda del billete. Esto porque entre los principales compromisos a asumir se encuentra el levantamiento del cepo. También porque el propio Javier Mieli y su ministro de Economía, Luis Caputo, repitieron una y otra vez que el acuerdo con el Fondo -desembolso de poco más de USD 10.000 millones mediante- les permitiría acelerar la eliminación de los controles de cambios. Para el mercado, esa medida, indispensable, es sinónimo de posibles turbulencias a las que buscan anticiparse. Pero también porque la creencia instalada es que el entendimiento con el organismo incluirá además el ajuste del tipo de cambio oficial. 

Fue lo que obligó a Caputo, el miércoles último, a dejar claro que "no va a devaluar" y que tampoco va a levantar el cepo al día siguiente de cerrar con el Fondo, en una línea similar a la del Presidente, que había combinado días antes en una misma frase la palabra "cepo" y el año "2026". 

Los dichos de Caputo parecieron surgir cierto efecto y el dólar financiero se mantuvo estable, aunque acusó en la semana una suba mayor al 2% y el contado con liquidación (CCL), volvió a cruzar la barrera de los $1.200con una demanda que. No sólo eso: aunque el consenso de economistas y consultores que participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado que elabora el Banco Central prevén que el dólar oficial seguirá a pie juntillas la suba anunciada y terminará el año en $1.200, los operadores tienen una mirada diferente. 

Según señaló un análisis reciente de Aurum Valores, existe una creciente divergencia entre la evolución del dólar oficial con el crawling al 1% y los precios de los contratos de dólar futuro hasta enero de 2026. Una nueva brecha.

La brecha divergente entre la curva de futuros del dólar vs. el nuevo crawling peg al 1%

"Mientras que el dólar oficial sigue una trayectoria predecible y suavemente ascendente, los contratos a futuro cotizan a niveles cada vez más altos, ampliando la brecha que alcanza el 9,9% al final del período. Esta diferencia podría sugerir que el mercado anticipa que la política de devaluación administrada (el crawl) no sería sostenida a largo plazo, posiblemente incorporando expectativas de un salto discreto del tipo de cambio", puntualizó el informe. En otras palabras, el mercado le cree a Caputo pero no tanto. Es que, según explicaron desde la consultora financiera, en el contexto de cepo cambiario, la prima de cobertura en los futuros indicaría desconfianza en la estabilidad del esquema actual y una posible corrección en el mediano plazo, tanto porque se relajan las restricciones o por presión del propio mercado.

Entre los riesgos a cubrir a mediano plazo se cuentan, esencialmente, las elecciones. Es el segundo momentum en el que el mercado intuye podría darse el salto del dólar. Un clásico de la política argentina: mantener el dólar planchado hasta las elecciones y corregir una vez superado el trámite electoral. Es, precisamente, lo que indican los precios contratos de dólar que se pactan a partir de septiembre, cuando se amplía la brecha respecto de la pauta oficial.

En ese tránsito, no es menor el logro que se anotaría el Gobierno al aprobar en el Congreso la suspensión de las PASO, trámite que genera inevitablemente tensión financiera.