Brasil, una de las grandes alarmas que mira Caputo para el 2025
El real fue una de las monedas más castigadas en el 2024 y, de continuar esta tendencia, pone en aprietos la estrategia argentina de llegar sin mayores ajustes cambiarios a las elecciones de octubre.

Cuando Brasil está en problemas, la Argentina reza. La interconexión comercial entre ambas economías es tan grande que, ya sea por una cuestión cambiaria o una caída en el nivel de actividad, el impacto en nuestro país es inmediato.

A lo largo del 2024, Brasil fue uno de los mercados más castigados en todo el mundo. Su tipo de cambio saltó un 28% y sufrió una caída inédita en sus principales activos bursátiles como el EZW (el ETF más grande de ese país) que se desplomó un 35%. 

Uno de los motivos de este fenómeno responde a un contexto internacional más adverso que golpea a todas las economías emergentes. "La caída del real acompaña la caída de todas las monedas emergente, es la aparición de un súper dólar que doblega a todas las monedas. Y nos está dejando fuera del mercado porque ellos tienen posibilidades exportadoras mucho más fuertes", explicó el analista de mercados Francisco Uriburu.

Es que, a diferencia del resto del mundo, Argentina está en un proceso de apreciación cambiaria con el cual va perdiendo competitividad exportadora poco a poco. De ahí que, la estrategia de llegar a las elecciones de octubre sin mayores sobresaltos luce bastante desafiante.

Por otro lado, Brasil también está experimentando una crisis particular relacionada a sus cuentas fiscales y una situación política compleja luego de que el oficialismo perdiese las elecciones municipales hace dos meses.

Algunos analistas como Claudio Zuchovicki son optimistas de que en 2025 inicie un ciclo alcista en el país vecino vinculado a la expectativa de un cambio de gobierno en 2026, donde el gobernador de San Pablo, Tarcisio de Freitas, aparece como uno de los grandes candidatos. "Hay una evidencia clarísima y es política. Lula cada vez que se enfermó, el real subía. Con lo cual, es un tema de empatía política con la capacidad de generar el ajuste. Falta un montón para las elecciones, pero en algún momento la expectativa de cambio le va a jugar a favor sumado a que la devaluación del real hecha por el mercado va a ayudar a reducir ese déficit", sostuvo ante la consulta de Forbes.

Para otros, en cambio, el mercado puede seguir castigando a Brasil por varios meses más debido a los insuficientes anuncios fiscales. "En Brasil se está dando el fenómeno inverso al que vemos en Argentina. El gobierno perdió el ancla fiscal, Lula no tiene credibilidad y las expectativas inflacionarias están aumentando. El gasto público creció llevando el déficit fiscal al 8% del PBI y la deuda pública a un nivel preocupante (80% del PBI). La suba de tasas del Banco Central no logró calmar a los inversores. El próximo catalizador importante serán las elecciones presidenciales de 2026 y hay que comenzar a ver la evolución de las encuestas desde el año que viene", dice a Forbes Miguel Sinigaglia, presidente de Conetxia Family Office.

Más allá de la cuestión cambiaria, el abaratamiento del real también golpea las reservas argentinas por la salida de miles de turistas durante este verano, las importaciones que podrían industriales que podrían llegar desde ese país y la caída de exportaciones por el derrumbe de la demanda brasileña. Como adelantó Forbes, se espera un gasto de unos 3.000 millones de dólares de argentinos en las playas brasileñas en esta temporada estival.

"Es nuestro principal socio comercial y está con poca demanda. La última vez que hubo una depreciación muy fuerte del real fue en el 98-99 que algunos dicen q daño de muerte a la convertibilidad. Acá la situación es distinta, pero complica la estrategia argentina de utilizar el tipo de cambio como ancla. Eso es malo para las exportaciones y te impulsa a mas importaciones", analizó Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra. 

"Brasil está padeciendo una crisis de confianza en los mercados. A pesar de haber vendido más de 10.000 millones de dólares de reservas, el Central no puede detener la depreciación de la moneda. Es una crisis que se produce por el alto déficit de presupuesto con gran componente de vencimientos de deuda. El ministro Haddad presentó un programa que el mercado lo interpretó como muy laxo y en ese marco empezaron a salir los capitales del país. Ahí seguramente tendrán que seguir subiendo la tasa de interés, lo que puede enfriar la economía en 2025. Eso complica especialmente a las exportaciones industriales argentinas que son difíciles de colocar en otros mercados", agregó el consultor Marcelo Elizondo.