El blanqueo de capitales en Argentina ya es oficial e incluso la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) reglamentaron en qué activos y vehículos financieros se podrá invertir el dinero. Ahora bien, ¿cómo crear una cartera de inversión que sea rentable?
En primer lugar, para Mariano Pantanetti, asesor financiero y docente en el Programa Avanzado de Finanzas de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), la gente primero debe pensar bien cuáles son sus objetivos de inversión y qué aversión al riesgo tiene.
“O sea, no poner el carro delante del caballo, el blanqueo delante de los objetivos o del perfil. Si vas a blanquear, es un tema impositivo. Lo impositivo no tiene por qué ir delante de lo financiero”, enfatizó el especialista.
Al conocerse uno mismo como inversor, se podrá construir una cartera que permita cumplir los objetivos en base a la tolerancia al riesgo y los conocimientos adquiridos. Sin embargo, normalmente, combinar varios bonos y acciones suele ser una de las opciones más convenientes a largo plazo.
“De lo que son obligaciones negociables, sugerimos destinar entre 40% y 60% de la cartera si se trata de una persona que desea simplemente invertir a largo plazo. Particularmente, creemos que lo mejor serían los bonos CRCJD (de Cresud, con 8,5% de TIR), LOC3D (de Loma Negra, a 6% de TIR) y VSCPD (de Vista Oil & Gas, con 6,5% de TIR)”, comentó Gonzalo Tassano, asesor financiero en Bull Market Brokers.
“De bonos públicos, se podría poner entre 20% a 30%, separando un tercio en Bopreales, por ejemplo, BPY26, y el resto en GD29 y GD41”, sostuvo el experto, quien agregó que también ve como una alternativa interesante el fondo común de inversión (FCI) Compass Best Ideas que apuesta por renta fija de América Latina y ahora se aprovecha de la baja diferencia entre el dólar MEP y el CCL (canje).
A su vez, Tassano señaló que, si el blanqueo es en pesos, entonces se podría apuntar una parte a Lecaps, que rinden entre 4,5% y 5% mensual; bonos dollar linked, como el corporativo SNS9O de San Miguel Global; o a tasa fija, como el título público TO26 que retorna un 45% anual.
Y en el campo de las acciones, para aprovechar el potencial de crecimiento, se podrían agregar bancos como Banco Hipotecario y Banco Macro y energéticas como Pampa Energía e YPF.
Por su parte, el analista y asesor financiero Mariano Monferini recomendó hacer énfasis en fondos mutuos para aumentar la diversificación y dejar en manos de profesionales la elección específica de los activos.
“La mayor parte de la cartera va a estar invertida en instrumentos dolarizados, porque en la mayoría de los casos el inversor blanquea dólares y quiere mantener los fondos en dicha moneda”, explicó.
En concreto, aconsejó invertir un 30% en el Schroders Retorno Total y un 20% en el Megainver Renta Fija Dólares, que se enfocan principalmente en ON en dólares; y un 7,5% en Consultatio Renta Fija Argentina y otro 7,5% en Galileo Argentina, fondos que invierten en instrumentos dollar linked para obtener una rentabilidad cuando haya unificación cambiaria.
Asimismo, la cartera se completaría por un 10% en el BPY26 emitido por el BCRA que tiene una TIR del 23% en dólares y por otro 10% en el bono soberano AL30 que rinde lo mismo. Por último, el 15% restante estaría dividido en partes iguales en los FCI SBS Acciones, Galileo Acciones y Compass Crecimiento, que apuestan por acciones argentinas.
En todos los casos, hay que tener en cuenta que las cuotapartes de los fondos de inversión disponibles para quienes ingresen al blanqueo incluirán en su denominación una referencia clara al marco legal que permita su correcta identificación.